Ruta 85 - Madrid. Ruta Circular por caminos de la Dehesa de la Villa y dehesas adyacentes

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Ruta realizada el 17 de enero de 2025

1 persona a pie

Distancia: 7,56 km

Desnivel positivo: 131 m

Dificultad técnica: Fácil

Desnivel negativo: 131 m

Altitud máxima: 710 m

Altitud mínima: 609 m

Tiempo en movimiento: una hora 46 minutos

Tiempo: una hora 53 minutos


El propósito de esta ruta es explorar la Dehesa de la Villa y sus alrededores, disfrutando de un paseo al atardecer que combina naturaleza, historia y urbanismo en Madrid. La ruta resalta la importancia de los corredores verdes urbanos como refugios para la biodiversidad y espacios de desconexión para los habitantes de la ciudad. Además, permite descubrir elementos históricos y curiosidades naturales, como los bunkers de la Guerra Civil, la antigua tapia del Pardo y el Árbol Imposible, mientras se recorren senderos bien señalizados dentro de un entorno forestal en plena capital.


gran Torre Meteorológica del CIEMAT


Adjunto el vinculo a Wikiloc en donde se aloja el track de la ruta.



Es 17 de enero, un día soleado, fresco y con una claridad que animaba a salir a pasear al atardecer. Inicio mi ruta a media tarde, comenzando en el Parque de Francos Rodríguez. La tranquilidad del parque contrasta con la vitalidad que se intuye en los senderos por los que continuaré.


Parque de Francos Rodríguez


Subo los escalones de madera que me llevan hasta la Dehesa de la Villa. En el trayecto, junto a la Universidad de Antonio Nebrija, me encuentro con el conocido Árbol Imposible, una de esas curiosidades naturales que siempre llaman la atención. Una vez en la Dehesa, sigo el sendero que se abre paso entre los árboles, girando a la derecha para avanzar en paralelo a la pista de running.

Árbol Imposible


Paso junto al Mojón 29 y continúo hasta el Mirador de Moncloa, donde el Skyline de Madrid se presenta en todo su esplendor. Desde allí, sigo hacia el Cerro de los Locos. Este punto, con su edificio cubierto de grafitis y rodeado de chumberas, tiene un aire peculiar que combina lo urbano con lo salvaje. Prosigo por el sendero en paralelo a la pista, pasando cerca de la gran Torre Meteorológica del CIEMAT que se ve desde kilómetros a la redonda entre la arboleda, y el Mojón 37.

Cerro de los Locos


Cerro de los Locos


gran Torre Meteorológica del CIEMAT


Al llegar al Observatorio de Aves, me detengo un momento para disfrutar del entorno. Luego cruzo la pista y me interno en un sendero que penetra en el bosque. Al poco tiempo, cruzo el carril bici y tomo la Senda Real, también conocida como el GR-124, identificable por sus marcas blancas y rojas. Siguiendo esta senda, llego al final del ramal y continúo por el carril bici en dirección a Ciudad Universitaria, girando a la derecha en el primer punto posible para tomar un sendero hacia el oeste.


carril bici 


GR-124

Este camino, que poco a poco se va ensanchando, me lleva a un punto de información sobre corredores verdes urbanos y las islas de biodiversidad (siendo una de estas la dehesa en la que me encuentro ahora). Tras cruzar un puente que pasa sobre la carretera de la Dehesa de la Villa, sigo el GR-124 en dirección a Príncipe Pío, uniendo este tramo con el ramal de la Dehesa de la Villa.


 islas de biodiversidad


 islas de biodiversidad


puente que pasa sobre la carretera de la Dehesa de la Villa


Mientras avanzo, dejo atrás la antigua tapia del Pardo y llego al Instituto de RTVE. Desde aquí, recorro unos 100 metros por la acera hasta regresar a la Dehesa de la Villa. Encuentro otro punto de información sobre el GR-124 y tomo nuevamente el ramal que se adentra en la dehesa. Giro a la derecha en varias bifurcaciones, paso junto a dos bunquers de la Guerra Civil, hasta alcanzar una fuente cercana a la estatua de Andrés Bello. Este lugar invita a una pausa breve antes de continuar hacia el Alto del Mojón, desde donde se disfruta de una bonita perspectiva del entorno.

antigua tapia del Pardo


punto de información sobre el GR-124


punto de información sobre el GR-124


estatua de Andrés Bello


Ya de regreso, tomo un sendero que rodea un edificio entre los árboles, llevando el recorrido de vuelta al Parque de Francos Rodríguez. Subo las escaleras finales para dar por concluida la ruta justo cuando cae la noche.


La senda de la Dehesa de la Villa y sus adyacencias es un ejemplo de cómo Madrid conserva espacios naturales en plena ciudad. Estos corredores verdes no solo ofrecen refugio a la fauna y flora locales, sino que también son un alivio para los habitantes que buscan desconectar del bullicio urbano. Caminarlos es una experiencia que conecta con la naturaleza sin alejarse demasiado del corazón de la capital.


Mapa de la Ruta






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