Ruta 50 - El Pardo. Ruta circular (senda de miradores y fluvial) en busca de los 3 árboles singulares

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Ruta realizada el 26 de octubre de 2024

1 persona a pie

Distancia: 8,75 km

Desnivel positivo: 209 m

Desnivel negativo: 209 m

Altitud máxima: 733 m

Altitud mínima: 598 m

Tiempo: 2 horas 49 minutos


Adjunto vínculo a Wikiloc:


El Pardo. Ruta circular (senda de miradores y fluvial) en busca de los 3 árboles singulares





El propósito de esta ruta es recorrer el Monte del Pardo antes del amanecer, disfrutando de sus miradores, la biodiversidad y tres árboles singulares de la Comunidad de Madrid. La caminata une las sendas de Valpalomero, Peñarrubia y la fluvial del Manzanares, ofreciendo vistas espectaculares de la sierra y la ciudad. Además, resalta la importancia de preservar este entorno natural como refugio para la fauna y espacio de desconexión.


Con el otoño ya bien avanzado y el frío mordiendo en el aire, comienzo la ruta antes del amanecer. La madrugada, despejada pero ventosa, me recibe con un cielo que promete un espectáculo de colores en cuanto despunte el sol. Desde el aparcamiento en la senda de Valpalomero, con el primer ascenso, aprovecho los miradores naturales en la loma para tener unas impresionantes vistas al skyline de Madrid, enmarcadas por el amanecer. Son una recompensa temprana: hago algunas fotos, sabiendo que no capturan la intensidad del momento, pero se acercan.



Comienzo por la Senda de Valpalomero al amanecer


Olmo

Caseta del Canal


Vistas de Madrid



El propósito de la senda es claro: visitar tres árboles singulares de la Comunidad de Madrid, dos alcornoques y un chopo. Pero la verdadera magia del recorrido es cómo este conecta los paisajes únicos de la zona, uniendo la senda de los miradores de Valpalomero y Peñarrubia, y la fluvial del Manzanares. Cada tramo ofrece algo distinto, y juntos componen una muestra rica de la biodiversidad y el encanto del Monte del Pardo.


Tras recorrer unos 2.4 km, llego al mirador del banco de Valpalomero, donde se abre una vista amplia y despejada de la sierra de Guadarrama y las lomas colindantes. 


mirador del banco de Valpalomero


Desde aquí, me desvío hacia la zona recreativa de la Fuente de Valpalomero, un rincón que invita a detenerse, aunque hoy la soledad y el silencio invitan más a continuar. 



Fuente de Valpalomero


Vistas desde el Mirador de la Fuente de Valpalomero


El sendero desciende hasta un túnel bajo las vías del tren, y al cruzarlo, sigo una senda que me lleva dirección a la carretera de El Pardo, que cruzo y llego a la Senda Fluvial del Manzanares, a la altura de Somontes, donde encuentro el primer árbol singular: "el Chopo Somontes" (3.7 km). Este gigante me recuerda que no solo se trata de caminar, sino de contemplar a los viejos guardianes de estas tierras.


Cruzo el túnel bajo el trén


Llego a la Senda Fluvial del Manzanares



Árbol 1: Chopo de Somontes


Árbol 1: Chopo de Somontes


Senda Fluvial del Manzanares


Continuo hacia el puente del tren (4.4 km), cruzando por debajo del mismo para tomar un sendero que sigue la vía ferroviaria, y poco después regreso a la senda en la zona recreativa. 


Puente del tren sobre la Senda Fluvial


A medida que avanzan los kilómetros, noto cómo el sendero y el paisaje cambian, adaptándose a las ondulaciones de la tierra. Así, llego al mirador de Peñarrubia (6.8 km), desde donde se divisan las cumbres de la Sierra de Guadarrama y, a lo lejos, los edificios de Madrid; la mezcla de naturaleza y urbanismo en el horizonte tiene algo especial, como si resumiera el propio carácter de Madrid.


Mirador de Peñarrubia


Mirador de Peñarrubia

Senda de Peñarrubia


En la siguiente parte del trayecto, encuentro los otros dos árboles singulares, ambos alcornoques (a 7.3 km y unos metros más adelante), cada uno una obra de arte natural, con cortezas profundas y ramas anchas.


Árbol Singular 2 (alcornoque)


Árbol Singular 3 (alcornoque)


Sigo el camino que ahora se aproxima al muro del Palacio de la Quinta. Justo en su puerta, siempre cerrada, engancho el tramo final de la senda de Valpalomero, que me va llevando de vuelta al coche. 


Palacio de la Quinta


En total, la caminata suma unos 8.5 kilómetros, y a medida que se acerca el final, la luz del sol empieza a teñir el paisaje de tonos cálidos y otoñales. 


El Monte del Pardo, a las puertas de la Sierra de Guadarrama, es una suerte de bisagra natural entre el paisaje de la sierra y la metrópoli. La senda de Valpalomero y sus entornos preservan un equilibrio vital para la biodiversidad de la región, una franja de naturaleza que nos recuerda que el campo y la ciudad pueden convivir, enriquecerse mutuamente y ofrecer un refugio tanto para la fauna como para quienes buscamos un escape a pie.

Adjunto mapa de la ruta:




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