Ruta realizada el 14 de diciembre de 2024
1 persona a pie
Distancia: 15,73 km
Desnivel positivo: 86 m
Desnivel negativo: 86 m
Altitud máxima: 760 m
Altitud mínima: 710 m
Tiempo en movimiento: 3 horas 40 minutos
Tiempo: 4 horas 23 minutos
Adjunto vínculo de Wikiloc
El GR-124, conocido también como Senda Real, es un sendero de Gran Recorrido que transcurre por la Comunidad de Madrid. Comienza en la Estación de Príncipe Pío y termina, tras un recorrido de 47'5 kilómetros, en la localidad de Manzanares el Real, en la sierra de Guadarrama. Si bien fue homologado como GR en 1999, su origen se remonta al antiguo camino que unía el Real Alcázar de Madrid con el palacio de El Pardo, aunque la ruta actual utiliza también otros caminos históricos y vías pecuarias.
Esto se indica en:
https://es.wikipedia.org/wiki/GR-124,
Asimismo, existe un ramal específico que nace en la Dehesa de la Villa, tal como se indica:
https://www.madrid.es/UnidadesDescentralizadas/Educacion_Ambiental/ContenidosBasicos/Publicaciones/DehesaVilla/Senda_Real_GR124_DehesaVilla.pdf,
Inicio el trayecto siguiendo las marcas rojas y blancas del sendero GR-124, también conocido como la Senda Real. Esta senda, que cruza la Comunidad de Madrid de sur a norte, es un hilo histórico que une el corazón de la capital con la Sierra de Guadarrama. En este tramo, discurre por una vía pecuaria donde senderistas y ciclistas conviven con la historia viva de estos caminos, usados desde tiempos inmemoriales para el tránsito de ganado y viajeros.
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Converge el GR-124 con el Camino de Santiago Madrileño |
La senda asciende suavemente por una rampa a la derecha. Las vías del tren de la línea C4 se aproximan, y al otro lado, la silueta de la estación de El Goloso se perfila en el horizonte. El amanecer me sorprende aquí, tiñendo el cielo de tonos dorados mientras el Pardo se despereza bajo la luz creciente.
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Cuartel de El Goloso |
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Vemos la estación en el horizonte. |
Paso por debajo de un túnel cubierto de grafitis y continúo pegado a las vías del tren.
Tras una breve pausa, emprendo el regreso por el mismo camino. Ahora, con luz solar, la ruta revela detalles que la oscuridad ocultó: fincas de caballos, la silueta del muro y las casetas del Canal de Isabel II, que se suceden como hitos de otra época. Los caballos, todavía somnolientos, deambulan por los cercados, ajenos a los caminantes que pasan.
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aparcamiento de Portillera del Tambor |
El muro del Pardo, constante y silencioso, me guía de vuelta. Las casetas, con sus marcas de sendero y sus grafitis, son testigos del paso del tiempo y de los caminantes. La ruta concluye de nuevo en el aparcamiento de la Portillera del Tambor. Una caminata sencilla, sin grandes retos, pero con la belleza de recorrer un tramo de historia y naturaleza a las puertas del invierno.