Ruta 12 - El Cáliz, Collado Cabrón, la Calavera, el Tolmo, Refugio Giner de los Rios y Charca Kindeland

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 Ruta realizada el 10 de noviembre de 2024

Distancia: 19,09 km

Desnivel positivo: 719 m

Desnivel negativo: 719 m

Altitud máxima: 1.398 m

Altitud mínima: 916 m

Tiempo: 7 horas 23 minutos

Adjunto vinculo con Wikiloc



Nos adentramos en la Pedriza una mañana de otoño, desde el Centro de Visitantes, con el aire fresco y la expectativa de explorar rincones llenos de historia y naturaleza salvaje. Eran las 9:00 un 10 de noviembre, y la barrera del aparcamiento de Cantocochino estaba ya cerrada al haberse cubierto el cupo, así que sumamos algunos kilómetros más al inicio y al final del trayecto. Sin desanimarnos, avanzamos mientras el cielo se iba despejando lentamente, prometiendo un día que terminaría bajo el sol. Avanzamos por la senda que asciende desde el Centro de Visitantes hasta el Collado de Quebrantaherraduras, y descendemos hacia Cantocochino, parando unos minutos junto a una fuente abrevadero.


Collado de Quebrantaherraduras


Fuente abrevadero


Restaurante en Canto Cochino


Tras un agradecido café en el restaurante de Cantocochino, nuestro primer gran destino fue "El Cáliz", una roca que parece desafiar las leyes de la gravedad, emergiendo en un equilibrio que asombra. Esta formación mítica de la Pedriza nos invitaba a imaginar los procesos geológicos que la tallaron a lo largo de los siglos. Un par de fotos y continuamos, disfrutando de la serenidad de este rincón de Guadarrama, donde el paisaje se viste de ocres y amarillos.

Puente sobre el Manzanares


Encrucijada. Seguimos PRM1


En un punto dejamos el PRM1 hacia el Caliz


El Cáliz

A medida que ascendíamos por el "Cancho de los Muertos" hacia el "Collado Cabrón", la pendiente se hacía más exigente, pero las vistas desde lo alto lo compensaban todo. Desde aquí, el panorama se abría, mostrándonos la extensión de la Pedriza y el valle. 

La Cara


Vistas del Valle


Pino sujetando la piedra

Collado Cabrón


Cogemos el PRM1


Nos detuvimos un instante para absorber el ambiente otoñal y seguir hacia la "Calavera", una formación rocosa que recuerda un cráneo, situada en un punto estratégico. Aquí, entre riscos, vimos a varios escaladores desafiando las alturas, pequeños puntos en la inmensidad de la roca.


La Calavera



Alpinistas en el muro


Se divisa a lo lejos El Tolmo


Paso bajo las rocas

Vadeamos el Arroyo de los Poyos

Vadeamos el Arroyo de los Poyos


Continuando nuestro camino, paramos a comer junto a un Vivac cercano al "Tolmo", y llegamos a dicha ubicación clave de la ruta, una roca inmensa que parece estar colocada cuidadosamente en medio del paisaje. Su magnitud impresiona y uno no puede evitar sentirse pequeño ante su presencia. A su lado, una placa recuerda a Francisco Giner de los Ríos, quien promovió el respeto y el amor por estas montañas. El Tolmo es casi un símbolo de la Pedriza, y bajo su sombra, uno siente una conexión con aquellos que recorrieron estos senderos en el pasado.


Vivac junto a El Tolmo


El Tolmo


Fuente Carmina


Vista del Cordal del Ortigal


Vista del Cordal del Ortigal


Después de una breve pausa, la ruta nos llevó hacia el "Refugio Giner de los Ríos", un lugar que ha sido punto de encuentro y descanso para los montañeros durante generaciones. Aquí, el ambiente es de camaradería y aventura. El refugio, custodiado por el entorno salvaje, se convierte en un recordatorio de la relación entre la naturaleza y quienes la respetan.


Refugio Giner de los Ríos

Finalmente, y siguiendo una senda que en ocasiones no está bien definida, llegamos a la "Charca Kindeland". Apareció, bajo una bonita cascada y con su agua clara reflejando el cielo parcialmente nublado. Este lugar invita a la contemplación, un remanso de paz en medio de la Pedriza donde el agua parece detener el tiempo. Rodeados de la vegetación otoñal y el sonido suave del arroyo, descansamos unos minutos, disfrutando de la quietud que este rincón de la sierra nos ofrecía.


Cascada


Charca Kindeland


Charca Kindeland


Pradera del Pradillo


Puente sobre el Arroyo de la Majadilla

La Pedriza nos despidió iluminada por el sol que, al final del día, lograba abrirse paso entre las nubes. Esta jornada entre riscos y panorámicas nos recordó el poder de la naturaleza en la Sierra de Guadarrama, un lugar lleno de historia, vida, y rincones que desafían el paso del tiempo. Casi a las cinco de la tarde, con la satisfacción de haber recorrido estas sendas, cerramos el círculo de regreso al Centro de Visitantes, llevándonos con nosotros la esencia de un día perfecto en la montaña.


Adjunto mapa




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