Ruta 142 - Madrid Parque del Capricho - Parque Juan Carlos I

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Fecha de realización: 24 de mayo de 2025

2 personas a pie

Distancia: 7,95 km

Desnivel positivo: 54 m

Desnivel negativo: 7 m

Altitud máxima: 670 m

Altitud mínima: 623 m

Tiempo en movimiento: 2 horas 10 minutos

Tiempo total: 2 horas 51 minutos

Aprovechando una tarde soleada nos decidimos a recorrer íntegramente el Parque de El Capricho, un rincón verde singular de Madrid. La idea no era hacer kilómetros por hacerlos, sino detenernos, observar, disfrutar, y alargar el paseo atravesando también el vecino Parque Juan Carlos I, hasta llegar al metro Feria de Madrid. Una combinación perfecta de naturaleza, historia y arte, con el ritmo tranquilo que permite saborear los detalles. Fue una tarde casi veraniega de primavera, con los parques verdes y floridos gracias a las lluvias recientes. Ideal para un recorrido pausado de unos 8 kilómetros, que nos llevó algo menos de tres horas.





Adjunto vínculo de Wikiloc


https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/madrid-parque-del-capricho-parque-juan-carlos-i-215060673


Iniciamos la ruta en la parada de metro El Capricho, a pocos metros de la entrada al parque. El parque de El Capricho es un jardín histórico-artístico de 14 hectáreas en forma de triángulo ubicado en el barrio de la Alameda de Osuna del distrito de Barajas, al noreste de la ciudad de Madrid, España. Se construyó por expreso deseo de la duquesa de Osuna, que sufragó las obras y lo cuidó hasta su fallecimiento. 


Desde aquí, atravesamos la vía verde de la gasolina en dirección a la Alameda de Osuna, un barrio tranquilo con aire señorial. Accedimos al parque desde la Calle de la Alameda de Osuna y, tras franquear el umbral, comenzamos el recorrido por el suroeste del recinto, llegando pronto al Jardín de Flores. El diseño del jardín de El Capricho fue obra de tres paisajistas franceses. El proyecto inicial lo inició Pablo Boutelou, pero lo continuaron Jean-Baptiste Mulot y Pierre Provost, contratados por la duquesa de Osuna. El jardín combina estilos inglés, francés e italiano: parterres formales frente al palacio, un jardín italiano en la zona baja y, mayoritariamente, un jardín inglés de trazado libre, con vegetación natural y elementos románticos como puentes, agua, pabellones y construcciones de recreo. Todo el conjunto buscaba crear un ambiente idealizado y fantasioso, típico del gusto aristocrático del siglo XVIII, incluyendo también templetes y figuras mitológicas.


Metro El Capricho



Acceso al Parco del Capricho


Rosal


Acceso al Parque del Capricho


El camino estaba parcialmente cerrado, lo que nos obligó a bordear la zona por un sendero interior, que nos lleva al otro lado del jardín. junto al Casino de Baile, una construcción elegante rodeada de vegetación, donde también hay aseos disponibles. El Casino de Baile, construido en 1815 por Antonio López Aguado y reformado entre 1834 y 1844 por su hijo Martín, es un edificio neoclásico de dos plantas. La inferior, cuadrada, alberga una bomba hidráulica que extrae agua de un manantial subterráneo. La planta superior, octogonal y rematada por un tejado piramidal, se accede por una doble escalinata bajo la cual hay un jabalí tallado. Un balcón de hierro forjado rodea el edificio. El salón principal, circular, tiene cuatro puertas y cuatro ventanas, decorado con relieves de ángeles, pinturas y espejos. El pavimento es de madera.


Jardín de Flores



Jardín de Flores


Casino de Baile


Casino de Baile


Desde allí, zigzagueamos y alcanzamos la Casa de la Vieja  (1794-97), que es una construcción rústica de piedra que recrea una escena campesina, inspirada en la aldea de María Antonieta. De planta única, cuenta con cuatro habitaciones: el gabinete de musgo, la cocina con pinturas de utensilios antiguos, el gabinete rico con decoración pompeyana y el cuarto de la vieja, que se cree albergaba autómatas. Su diseño evoca la vida rural idealizada del siglo XVIII.



Casa de la Vieja


Casa de la Vieja


Casa de la Vieja


Regresamos por la parte trasera del Casino de Baile, y continuamos el paseo junto al canal, lo que nos llevó hasta el Lago del Capricho, un espacio especialmente evocador. En el centro está el Monumento al III duque de Osuna, que consiste en un bloque piedra berroqueña que se yergue sobre un cúmulo de rocas. El reflejo del cielo en el agua, las construcciones circundantes, y el vuelo bajo de las aves le dan un carácter casi cinematográfico. 



Casino de Baile. Inicio del Canal


Casino de Baile. Inicio del Canal


Canal



Canal



Cisne negro


Junto a este lago se encuentra la Casa de Cañas.  La Casa de cañas (1792-98) es una pequeña construcción de estilo chinesco totalmente revestida de cañas de bambú. Está situada a orillas del lago central y se usaba como cenador, o lugar de descanso tras la travesía por la ría. Consta de dos reducidos espacios: un embarcadero cubierto y una sala. Ambos están decorados con pinturas de paisajes. Junto a la casa, está el icónico Puente de Hierro(1834-39) obra de Martín López Aguado. Está situado junto a la casa de cañas, a la salida del ramal derecho de la ría.


Casa de las Cañas


Casa de las Cañas


Casa de las Cañas


Puente de Hierro

Pasamos por la Zona de Juegos, y mas adelante, las ruinas de la batería, o fortín, y más adelante junto a la Casa del Artillero



Zona de Juegos


Zona de Juegos


Zona de Juegos


Fortín


Fortín


Casa del Artillero


En este punto, un sendero nos condujo a un templete, pero resultó ser un camino sin salida. Nos vimos obligados a desandar un pequeño tramo hasta alcanzar el Estanque de las Tencas, que ofrece una visión apacible de aves acuáticas y juegos de luces sobre el agua. Continuamos hasta El Abejero, otra curiosa construcción que da testimonio del gusto por lo exótico y lo simbólico de los antiguos propietarios del parque. Realizada entre 1793 y 1796, es obra de Mateo de Medina, consta de una cúpula con una rotonda central donde se ubica la estatua de Venus. 


Estanque de las Tencas


Estanque de las Tencas


Abejero


Estatua de Venus

Uno de los momentos más impactantes del paseo fue la contemplación de la Rueda de Saturno, con la Estatua de Saturno devorando a sus hijos, que sorprende por su crudeza en un entorno tan bucólico. De esta columna parten seis caminos formando radios. 


Rueda de Saturno


Justo después, el Templete de Baco nos devolvió cierta armonía con su diseño clásico y su vegetación circundante. Está situado sobre una elevación hacia la derecha del palacio. Es de forma ovalada, con doce columnas jónicas en grupos de tres, que sostienen una cornisa dórica. En el centro, sobre pedestal, una gran estatua de mármol de Baco.



Templete de Baco


Más adelante, alcanzamos el Estanque de los Cisnes, un remanso que invita a detenerse y contemplar la escena. En este punto ya llevábamos casi dos tercios del recorrido por El Capricho.



Estanque de los Cisnes


Desde el estanque nos dirigimos al Palacio de los Duques de Osuna, una construcción noble y sobria. Está situado en el lado noreste del parque, ocupa 1200 m²; de planta cuadrada irregular, tiene cuatro torres esquineras y tres patios interiores.  También alberga un famoso búnker de la Guerra Civil, aunque no está abierto al público. Durante la Guerra Civil, la finca fue requisada por los republicanos y se construyeron varios refugios antiaéreos subterráneos, donde se instaló el Estado Mayor del Ejército del Centro, mandado por el general Miaja, en lo que se llamó la posición Jaca. Diseminados por el jardín se pueden ver aún los respiraderos. Durante los años en que El Capricho estuvo en empresas privadas se fue deteriorando y se produjeron algunos expolios. En 1974 lo compró el ayuntamiento de Madrid, y de 1986 a 1992 la Escuela Taller Alameda de Osuna realizó trabajos de restauración, además de una completa investigación histórica y documental.



Palacio de los Duques de Osuna


Bunker refugio


Palacio de los Duques de Osuna


Pasamos junto a la Fuente de los Delfines, llamada así por los cuatro delfines de su base, es una de las principales. Se comenzó a construir en 1795. La taza superior está rematada por tres ranas de broncey poco después por la zona de laberintos. 



Fuente de los delfines


Zona de los laberintos


Zona de los laberintos


Zona de los laberintos


Llegamos a la Plaza de los Emperadores,  Obra de Mateo de Medina y Martín López Aguado. Está formada por una exedra con cuatro columnas jónicas coronadas por una semicúpula. En el centro, el busto en bronce de la duquesa de Osuna del escultor José Tomás, y a cada lado una estatua de mármol sobre pedestal: Hércules con Ófante y Baco con sátiro. Delante, en semicírculo, ocho esfinges de plomo vaciado sobre pedestales bajos. Alrededor de la plaza hay diez bustos de emperadores romanos, también sobre pedestales. El monumento es un homenaje de Pedro Alcántara a su abuela, en donde se ubica la Exedra, una especie de hemiciclo con bancos y vegetación ordenada, perfecta para sentarse y comentar lo vivido hasta ese momento.


Plaza de los Emperadores


Exedra


Ya en la parte final del parque, pasamos por el invernadero y por el Estanque Nuevo. Desde allí, iniciamos la salida en dirección a la Calle de los Jardines de Aranjuez. 



Parque del Capricho


Invernadero


Estanque Nuevo


Cruzamos la Avenida de Logroño, y accedimos al Parque Juan Carlos I, que ofrece una estética completamente distinta: más amplio, moderno y con un componente escultórico muy marcado. Se trata de uno de los espacios verdes más singulares de Madrid. Este parque, inaugurado en 1992, no solo destaca por su extensión de 150 hectáreas, sino también por su riqueza cultural y artística, siendo un verdadero museo al aire libre. Nuestro objetivoera atravesarlo pasando por el mirador de los Cuatro Cipreses y luego cruzar la ría hasta la Senda de las Esculturas y disfrutar de varias de las obras que la convierten en un referente del arte contemporáneo.


Entramos por la zona del Lago del Parque Juan Carlos I, donde nos recibió la escultura del Niño Sol. Desde aquí, ascendimos a la Cima My Sky Hole Madrid, también conocida como los Cuatro Cipreses, diseñada por Bukichi Inoue. Aquí, destacan las espectaculares vistas en de la cima de la loma, donde se divisa todo el parque y las zonas adyacentes. Un curioso montículo con una escultura circular que enmarca el cielo y permite un juego visual interesante. El paisaje se abre, y Madrid se presenta con otro horizonte. 


Acceso por Avenida de Logroño


Paseo junto al Lago



Lago del Parque Juan Carlos I


Estatua del Niño Sol


Olivos

Subida a My Sky Hole

Cima. Cuatro Cipreses


Vista desde el Mirador de los 4 Cipreses



Seguimos hasta el Puente del Arco, y más adelante alcanzamos el monumento Homenaje a Galileo, que nos recordó cuánto puede integrarse el arte en la naturaleza. Nos adentramos entonces en la Senda de las Tres Culturas, comenzando por el área cristiana, donde destaca el Claustro de las Cartigas, una recreación sencilla pero efectiva de una estructura monacal. La zona musulmana estaba en obras, así que no pudimos apreciarla en su plenitud, aunque sí contemplamos el Estanque del jardín judío, con su delicada vegetación y su diseño sereno.


Puente del Arco


Puente del Arco


Senda de las 3 Culturas


Senda de las 3 Culturas


Senda de las 3 Culturas


Senda de las 3 Culturas


El camino nos llevó después al Olivar de la Reina Sofía, una gran extensión de olivos centenarios, antes de encontrarnos con una de las esculturas más conocidas del parque: los Dedos, una obra del chileno Mario Irarrázabal, que emergen del suelo como restos fósiles gigantescos. Un poco más allá, pasamos por otra escultura sin título de Dani Karaván, y luego llegamos al Estanque del Paseo Central.


Olivar de la Reina Sofía


Olivar de la Reina Sofía


Dedos


Sin Título


Estanque del Parque de Juan Carlos I


Ya casi finalizando, pasamos por el Monumento a la Paz obra de Yolanda d'Augsburg, y salimos del recinto por el Monumento a Juan de Borbón,  un homenaje al abuelo del actual rey de España, y única escultura ubicada fuera del recinto del parque. Sólo nos quedaba recorrer la Avenida de la Capital de España Madrid, amplia y moderna, hasta llegar a la parada de metro Feria de Madrid, que marcó el fin de esta ruta.



Monumento de la Paz


Parque Juan Carlos I



Monumento a Juan de Borbón


Este paseo, de unos ocho kilómetros y con un desnivel muy suave, es mucho más que una excursión urbana. Es una oportunidad para observar cómo Madrid acoge distintos modelos de parque: uno histórico, romántico, con secretos, sombras y simbolismos; otro moderno, abierto, con grandes volúmenes y esculturas que invitan a la reflexión. La senda une en continuidad dos maneras de vivir la ciudad, de pasearla y de comprenderla. Quien se detiene a recorrerla sin prisa, descubre que cada rincón encierra una historia, una intención estética, o simplemente un momento de belleza efímera. Es una invitación a redescubrir Madrid desde lo vegetal, lo arquitectónico y lo artístico.


Dejo el mapa de la ruta:




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