Ruta realizada el 14 de junio de 2025
1 persona en bicicleta
Distancia: 37,5 km
Desnivel positivo: 334 m
Desnivel negativo: 334 m
Altitud máxima: 743 m
Altitud mínima: 582 m
Tipo de ruta: Circular
Tiempo en movimiento: 3 horas un minuto
Tiempo: 3 horas 42 minutos
Con la luz de las primeras horas, el aire aún fresco, arranco en solitario esta ruta circular desde Cuatro Caminos. La idea es enlazar tramos de ciclovías con caminos de tierra, y recorrer un fragmento del Camino de Santiago madrileño, con el valor añadido de bordear el monte del Pardo, disfrutar del mirador de Valpalomero, y regresar a la ciudad por la agradable Senda Fluvial del Manzanares.
Adjunto vínculo de Wikiloc:
Salgo de Cuatro Caminos en dirección al Parque de Francos Rodríguez, que cruzo a buen ritmo. Paso junto al Cerro de los Locos, uno de los puntos altos de la Dehesa de la Villa, con su característico mirador de Moncloa, desde el que se divisan las primeras pinceladas del skyline madrileño. Desde allí, giro hacia el GR-124 y desciendo por el carril bici que baja a Ciudad Universitaria y Moncloa. Es un tramo rápido, sombreado en parte, que permite coger velocidad sin dejar de disfrutar del entorno. Paso junto al Instituto de RTVE, y tomo una senda de tierra que bordea el antiguo muro del Pardo. A la altura de Puerta de Hierro, me incorporo al Anillo Verde Ciclista. Este primer tramo discurre entre un muro y la M-30.
En el kilómetro 7,5 de ruta paso junto a la Capilla de Santo Domingo de la Calzada, un rincón casi oculto bajo un puente, silencioso, como si esperase a los feligreses sin hacer ruido. Poco después alcanzo el Parque Gabriela Mistral (km 8,5 de ruta), y dejo momentáneamente el anillo para tomar un carril bici local que avanza a lo largo de la calle Madre Teresa de Calcuta. Es un tramo tranquilo, junto a nuevas construcciones que marcan el limite urbano por el oeste de la ciudad, flanqueado por zonas verdes que se suceden unas tras otras, acompañando el pedaleo.
Me reincorporo al anillo ciclista y no tarda en aparecer el Cruceiro de Montecarmelo, señal inequívoca de que estoy en el kilómetro 665 del Camino de Santiago Madrileño. Me detengo para un primer avituallamiento. Es un buen lugar para descansar unos minutos, beber agua y preparar el siguiente tramo: dejar el anillo y seguir las flechas amarillas del Camino hacia Valdelatas. Un tunel bajo la M-40, cubierto de grafitis, marca el inicio de una de las partes más agradecidas del recorrido. A través de una cómoda senda de tierra, avanzo rodeado de trigales que amarillean bajo la luz del sol que ya empieza a calentar. A lo lejos, los cinco rascacielos de Madrid se recortan sobre el cielo como gigantes de cristal.
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A la altura de Valdelatas, giro a la izquierda y me incorporo a una senda más técnica, pegada al muro sur del monte del Pardo. En lugar de seguir por la pista de las Casetas del Canal, opto por un trazado ligeramente más exigente, con toboganes, pero también con mayor encanto. Llego al aparcamiento de Portillera del Tambor y accedo a la zona transitable del monte del Pardo. Desde aquí, el paisaje cambia: los encinares y pinares toman el protagonismo, y el asfalto desaparece casi por completo. Paso junto a la puerta del Palacio de la Quinta, cerrada como siempre, pero igualmente imponente desde fuera.
Llego al mirador y la fuente de Valpalomero (km 24 de la ruta). Segundo y último avituallamiento. Desde aquí se tienen unas vistas fantásticas de Madrid al fondo, con la sierra dibujada en el horizonte. Desde aquí, desciendo por el GR-124 hasta un puente sobre una cañada donde se alinean las famosas Casetas del Canal. Giro y bajo por ese tramo, entre pinares y tierra suelta, hasta alcanzar la carretera del Palacio de la Quinta. Cruzo por un túnel bajo las vías del tren, y tomo otra senda que me conduce hasta el parking de Somontes. Hay bastante gente aquí, se nota que el fin de semana ya está despierto. Desde Somontes, enlazo con la Senda Fluvial del Manzanares, en dirección a Puerta de Hierro.
La senda es un remanso para los ciclistas urbanos. Paralela al río, con firme de tierra y vegetación generosa a ambos lados, permite rodar a ritmo constante y relajado. A la altura del kilómetro 28 de ruta, paso junto a la llamada "Playa de Madrid". Dos kilómetros más adelante llego al Puente de San Fernando, donde cruzo primero por debajo y luego por encima para incorporarme de nuevo al Anillo Ciclista. Este tramo coincide con la propia senda fluvial, aunque el trazado es ahora asfáltico.
Sigo pedaleando en dirección a la Casa de Campo, cruzando la autovía N-VI. Alcanzo el Puente de Madera del Manzanares (km 32 de la ruta), desde donde el río, aunque más manso que en abril, sigue fluyendo con buena cantidad de agua. Al poco, paso la llamada Pasarela de la Muerte, un nombre algo exagerado, pero cumple bien su función. Aquí abandono el Anillo Ciclista, justo antes de que se introduzca en la Casa de Campo, y opto por el carril bici que discurre por la izquierda.
Este carril me lleva al Puente de los Franceses que dejo a mi derecha mientras avanzo hacia el Parque del Oeste. Entro en el parque por la senda más directa, una subida constante pero asumible. A la altura del kilómetro 35 de la ruta paso junto a la estatua del Mariscal Andrés de Santa Cruz, medio oculta entre la vegetación. Desde aquí, sigo el carril bici de Ciudad Universitaria en dirección a Moncloa. Al llegar al Faro de Moncloa, dejo el carril bici, y continúo por calles normales hasta cerrar el círculo de esta ruta.
En total, 37,5 kilómetros, con un desnivel acumulado de 334 metros. El punto más alto se alcanza a 743 metros de altitud, el más bajo a 582. Esta ruta es una excelente muestra de lo que Madrid puede ofrecer a quienes buscan naturaleza, historia y movilidad sostenible sin necesidad de salir de la ciudad. La variedad de tramos, desde parques urbanos hasta sendas rurales, desde estructuras históricas hasta miradores naturales, ofrece una experiencia completa. La senda ciclista de Madrid, en sus muchas formas (anillo, fluvial, caminos de tierra) es mucho más que un medio de transporte. Es una puerta de entrada a un Madrid verde, humano y disfrutable. Un espacio que conecta barrios, parques, historia y paisaje, y que invita a la exploración activa.
Dejo el mapa esta ruta.