Ruta realizada el 6 de julio de 2025
2 personas a pie
Distancia: 7,24 km
Desnivel positivo: 94 m
Desnivel negativo: 94 m
Altitud máxima: 1.252 m
Altitud mínima: 1.176 m
Tipo de ruta: Circular
Tiempo en movimiento_ una hora 55 minutos
Tiempo: 2 horas 19 minutos
La finalidad de esta ruta es recorrer los jardines históricos del Palacio Real de La Granja de San Ildefonso, descubriendo su legado artístico, hidráulico y natural. A lo largo de siete kilómetros, se combinan fuentes monumentales, esculturas mitológicas y paisajes diseñados en el siglo XVIII, en un entorno arbolado que permite disfrutar de la cultura, el arte y la naturaleza sin salir del núcleo urbano del Real Sitio, en plena Sierra de Guadarrama.
Adjunto el vínculo de Wikiloc:
https://es.wikiloc.com/rutas-a-pie/paseo-por-los-jardines-de-la-granja-de-san-ildefonso-220890960
El Palacio Real de La Granja de San Ildefonso, situado en el norte de la Sierra de Guadarrama, fue mandado construir por Felipe V en 1721, inspirado en Versalles y rodeado por espectaculares jardines barrocos. Levantado sobre una antigua granja de monjes jerónimos, este conjunto monumental combina arquitectura palaciega, fuentes escultóricas y extensas zonas verdes. Los jardines, diseñados por René Carlier y continuados por Étienne Boutelou, se alimentan del depósito de “El Mar” y de una red hidráulica de más de 13 kilómetros. Las 29 fuentes mitológicas, elaboradas en plomo y pintadas como bronce, alcanzan chorros de hasta 40 metros. Nunca funcionan todas a la vez, y solo se activan en su totalidad tres días al año: San Fernando (30 de mayo), Santiago (25 de julio) y San Luis (25 de agosto). El palacio fue residencia estival de los Borbones y escenario de eventos clave como la firma del Tratado de San Ildefonso o la proclamación de la Constitución de 1812. Felipe V, Isabel de Farnesio y otros monarcas dejaron su huella en el conjunto, que sufrió un incendio devastador en 1918. Entre sus elementos más destacados figuran la Fuente de las Ocho Calles y la galería subterránea conocida como La Bóveda, hábitat protegido de murciélagos. El Palacio alberga también reproducciones de esculturas adquiridas por Felipe V a Cristina de Suecia. Hoy, el conjunto está abierto al público y gestionado por Patrimonio Nacional, siendo uno de los mejores exponentes del arte palaciego y paisajístico del siglo XVIII en Europa. Además de su belleza, constituye un símbolo de la historia monárquica y del esplendor artístico del primer Borbón español, en un entorno natural privilegiado.
Comenzamos nuestra ruta circular por los Jardines del Palacio Real de La Granja de San Ildefonso a primera hora de la tarde, buscando las zonas de sombra en lo posible, ya que el calor empezaba a apretar. La entrada la hicimos desde las antiguas caballerizas, junto al acceso principal al Palacio. Nada más comenzar, pasamos por una de las secuoyas gigantes del recinto, conocida como El Rey. A nuestra izquierda dejamos el Museo del Palacio, y poco después accedimos directamente a los jardines.
El palacio queda a nuestra espalda mientras avanzamos por la calle Mallo, en dirección al parterre de la Fama. A 600 metros del inicio, encontramos la Fuente de la Fama. En ella destaca la figura de la Fama montada sobre un caballo alado, tocando una trompeta, símbolo de la victoria sobre la ignorancia, la envidia y la ruindad. Esta fuente es una de las más espectaculares del recorrido, con sus potentes chorros de agua que alcanzan más de 40 metros de altura. Seguimos por los caminos señalizados hasta llegar a la zona de los Baños de Diana, situados a unos 900 metros del punto de partida. La fuente representa a la diosa rodeada de ninfas, ciervos, perros y cisnes, en un entorno que simboliza su baño mitológico. Esta fuente fue la última en construirse, y su complejidad técnica y consumo de agua la convierten en una de las más costosas y admiradas del conjunto. Desde ahí, continuamos hacia el este, pasando por la Fuente de los Dragones Bajos a 1,2 kilómetros. Esta obra, muy expresiva, incluye grandes dragones lanzando chorros desde sus fauces. Poco después tomamos la Calle Larga, donde nos refrescamos brevemente en la sombra, y llegamos a una de las fuentes más dinámicas visualmente: la Fuente de las Ranas, a 1,5 kilómetros del inicio. Con más de sesenta surtidores, recrea la escena mitológica en la que los labradores licios son castigados por Leto convirtiéndose en ranas. Avanzamos hacia la Fuente de la Taza Baja, también llamada de las Tazas de Abajo, a 1,8 kilómetros. Desde este punto, tenemos vistas claras hacia el Canastillo. Nos detenemos allí brevemente para contemplar el juego de chorros que brotan en varias direcciones desde el centro del canasto repleto de frutas. En funcionamiento, esta fuente puede llegar a mojar a los espectadores más cercanos.
A 2,2 kilómetros del punto de inicio, pasamos junto al Estanque del Cuadrado y comenzamos a seguir el Paseo del Mar. La zona es tranquila, con menos visitantes. A los 2,6 kilómetros llegamos al Puente de los Suspiros, cerrado por restauración, por lo que lo bordeamos sin cruzarlo. Hacemos una pausa para avituallarnos en la zona de El Mar, un estanque que actúa como depósito principal de las fuentes del recinto, y que almacena más de 200.000 metros cúbicos de agua. Desde allí seguimos por la Calle Góndola, contemplamos la Gruta del Estanque a 2,8 kilómetros, y bordeamos la Fuente del Mar, que recoge el agua sobrante del sistema. Cerca se encuentra la Casa de la Falua Real, con vistas al lago.
La calle Honda nos dirige después hacia la Fuente de Andrómeda, que alcanzamos en el kilómetro 4,3. Esta fuente narra la historia de Andrómeda encadenada y rescatada por Perseo. La composición incluye a Minerva y un dragón del que sale un chorro de más de 30 metros. Tras cruzar la ría sobre una sucesión de caídas de agua, accedemos a la Fuente del Mascarón, y poco después a la Fuente de Apolo en el kilómetro 4,6. Esta fuente en escalera incluye a Apolo sobre la serpiente Pitón, con chorros potentes y figuras mitológicas. A tan solo 200 metros se encuentra la Fuente de Neptuno, una de las más extensas del conjunto, con el dios sobre un carro tirado por hipocampos, rodeado de tritones y geniecillos.
La Fuente de las Tres Gracias, situada en el mismo eje visual, se encuentra en restauración, por lo que no pudimos verla en funcionamiento. A su lado se encuentran las Fuentes de los Caracoles y la del Abanico. Estas pequeñas fuentes representan amorcillos y figuras mitológicas con surtidores suaves pero elegantes. Desde aquí se accede a la entrada del laberinto, donde decidimos dar adentrarnos hasta la zona central, regresando a la entrada desandado lo caminado. Dejamos numerosos recovecos por caminar, Al salir, retomamos el camino en dirección al Estanque del Colmenar, situado en el kilómetro 6. La sombra es más abundante en esta parte del recorrido.
Entramos en el Jardín del Potosí, un área más apartada y menos transitada. Allí volvemos a cruzarnos con una secuoya gigante. Seguimos en dirección al Nectural y nos detenemos unos instantes en la Fuente del Jardín del Potosí. La siguiente parada fue la Fuente de la Selva, una de las más escenográficas, con varios niveles y representaciones alegóricas sobre la fruticultura y el amor mitológico entre Pomona y Vertumno. Desde aquí se abre una vista interesante hacia la estatua de Vertumno y un conjunto de esculturas alineadas. Volvemos a rodear la fachada principal del Palacio Real, pasando de nuevo por la secuoya gigante El Rey, cerrando así el círculo de nuestra ruta.
A lo largo de este recorrido de poco más de siete kilómetros, atravesamos una combinación singular de patrimonio histórico, ingeniería hidráulica del siglo XVIII y paisajismo. Los jardines de La Granja, más allá de su función ornamental, reflejan una época en la que el diseño del paisaje era también una herramienta de poder y de representación de valores culturales y políticos. Esta senda implica además un ejemplo de integración entre naturaleza y arquitectura, destacando el papel que juega este conjunto dentro del contexto de la Sierra de Guadarrama. El aprovechamiento de la pendiente natural del terreno para alimentar las fuentes sin necesidad de bombeo es una muestra de ingenio técnico. Por otra parte, el recorrido transcurre casi por completo dentro de una zona arbolada, lo que permite disfrutar del entorno sin salir del núcleo urbano del Real Sitio, haciendo de esta ruta una opción ideal para combinar cultura y paseo relajado.
Dejo el mapa de la ruta.