Ruta realizada el 11 de julio de 2025
2 personas a pie
Distancia: 11,7 km
Desnivel positivo: 242 m
Dificultad técnica: Moderado
Desnivel negativo: 242 m
Altitud máxima: 789 m
Altitud mínima: 610 m
Tipo de ruta: Circular
Tiempo en movimiento: 3 horas 3 minutos
Tiempo: 3 horas 24 minutos
Comenzamos la ruta en el Área Recreativa de Nuestra Señora del Retamar, un espacio tranquilo al oeste de Las Rozas, donde se conserva parte del entorno natural del Parque Regional del curso medio del río Guadarrama. Aunque ya habíamos caminado por zonas cercanas en otras ocasiones, esta ruta circular nos permitió descubrir nuevos caminos entre barrancos, cortafuegos y cañadas, en una jornada agradable que apenas superó las tres horas y media. La previsión daba calor, pero salimos temprano y la sombra de algunas zonas, unida a la brisa del río, hizo que el paseo fuera cómodo y llevadero.
Adjunto vínculo a Wikiloc:
El punto de inicio se encuentra junto al panel informativo del Área Recreativa de Nuestr Señora del Retamar, donde se muestran varias rutas que parten desde Villanueva del Pardillo, así como información del Camino del Paredón. Caminamos unos metros hasta el Puente del Retamar, y pasamos por debajo del mismo. Poco después, encontramos otro punto informativo donde se especifica la Ruta 15 de la Comunidad de Madrid, que conecta directamente Villanueva del Pardillo con este mismo puente, siguiendo el curso del río Guadarrama. Esta ruta parte del este de Villanueva del Pardillo, atraviesa campos de cultivo y cruza el río Guadarrama hasta llegar al Puente del Retamar. El itinerario atraviesa ecosistemas variados: zonas de matorral mediterráneo y áreas de ribera con chopos y sauces. Termina en un área recreativa junto al puente, una estructura del siglo XVII construida para facilitar la conexión entre Madrid y Galicia dentro del Real Camino de Castilla. Esta ruta forma parte de la red de calzadas impulsada por los Borbones y ofrece un paseo asequible a pie o en bicicleta.
No tardamos en llegar al cruce del río, donde el caudal era lo bastante amplio como para necesitar cambiar el calzado. Con escarpines puestos, cruzamos con facilidad, el agua nos llegaba algo más arriba del tobillo, y el fondo no era resbaladizo. Justo después del vadeo, giramos a la derecha y seguimos por un sendero poco marcado que discurre pegado al cauce. El terreno estaba algo irregular, con tramos de pradera y otros de vegetación más alta. Al cabo de unos minutos, paramos de nuevo junto al río para quitarnos los escarpines y calzarnos de nuevo con las zapatillas de senderismo.
Desde aquí, el trazado gana claridad. Atravesamos una pradera siguiendo una trocha poco definida, que enseguida conecta con una pista de tierra que coincide con un cortafuegos. En este punto comenzamos el ascenso hacia el Cerro del Búho. El desnivel no es exigente, pero se nota el cambio de pendiente. Conforme vamos ganando altura, se abren las vistas hacia la cuenca del Guadarrama, y se distinguen algunos de los barrancos más marcados de la zona. El paisaje empieza a abrirse, combinando zonas de pinar con encinas dispersas y matorral bajo. En una bifurcación tomamos el ramal de la derecha, siguiendo la pista cortafuegos hacia la cima. Al llegar al Cerro del Búho, encontramos un pequeño claro con buenas vistas panorámicas. Desde aquí se divisan las urbanizaciones de Las Rozas, parte de Villanueva del Pardillo y el perfil más lejano de la sierra. A partir de aquí, la pista se transforma en una cómoda cañada, muy marcada y sin complicaciones técnicas.
Continuamos por ella hasta llegar a la Casa Vinatea, una construcción de uso agrícola. Giramos a la izquierda, siguiendo el Camino de las Viñas, y nos internamos en una zona de paisaje más abierto, con algunas tierras de labor y varios caminos en diferentes direcciones. En un punto, abandonamos el Camino de las Viñas por una senda que sale a la izquierda, señalizada como el Camino de Vinatea. Cruzamos el Arroyo de la Vinatea, seco en esta época del año, aunque se aprecia claramente su cauce marcado entre juncos y matorral. En la bifurcación que encontramos poco después, tomamos el camino recto, que tiende hacia la derecha. Avanzamos hacia la falda del Cerro de la Osera, y en ese momento cogemos el camino que gira de nuevo a la derecha, alejándonos ligeramente del cerro. Más adelante volvemos a cruzar el Arroyo de la Vinatea, también sin agua. Seguimos avanzando con el Cerro Periquín a nuestra izquierda, hasta que nos cruzamos con un nuevo cortafuegos. Lo tomamos a la izquierda, ascendiendo suavemente una loma. En la parte alta se conservan las ruinas de un antiguo refugio de cazadores, ya sin tejado. Giramos hacia la izquierda, enlazando de nuevo con el Camino de las Viñas en un punto más avanzado de su trazado.
Este camino desemboca, sin transición, en el conocido Camino del Paredón, que seguimos girando a la derecha en dirección a Las Rozas. Nos encontramos en el tramo del Cordel de Colmenarejo o del Camino Viejo, una vía pecuaria bien delimitada, con firme de tierra y trazado rectilíneo. La caminata por este tramo resulta sencilla y muy adecuada para caminar en paralelo con nuestro acompañante sin necesidad de sortear obstáculos. Poco después pasamos junto a un nuevo punto informativo, esta vez correspondiente a la Ruta 9 de la Comunidad de Madrid, que conecta el Área Recreativa de Nuestra Señora del Retamar con el municipio de Colmenarejo. Un poco más adelante, llama la atención una cruz de piedra sin identificar, situada a un lado del camino. Se desconoce su origen exacto, aunque puede estar relacionada con hitos antiguos de señalización territorial o con alguna tradición local.
Más adelante llegamos al Puente Caído, donde hay un panel informativo que explica el derrumbe parcial de la estructura original. En el tramo inicial del Camino del Paredón, se construyeron puentes para salvar diversos arroyos que cruzan el terreno arenoso y poco compacto. Hoy en día, estos puentes han desaparecido casi por completo debido a riadas y a la erosión. Entre la vegetación aún pueden observarse restos de un antiguo puente del siglo XVIII, construido hacia 1737 sobre el Arroyo del Cacho. Solo quedan fragmentos de la estructura, estribos y piedras caídas. Se trataba de una pequeña alcantarilla con un único arco de sillería de granito, cuyas dovelas aún son visibles entre la maleza. No se puede cruzar por él, pero el camino continúa sin necesidad de hacerlo. Seguimos avanzando hasta el final del Camino del Paredón, que desemboca en un tramo de antigua carretera en desuso. Desde aquí, ya en la parte final de la ruta, pasamos por encima del Puente del Retamar, cerrando así el bucle. El último tramo es una breve bajada por la vía asfaltada, que nos devuelve sin dificultad al aparcamiento del área recreativa, completando los algo más de once kilómetros y medio de ruta circular. En total, con las paradas, empleamos poco más de tres horas y media. El recorrido no presenta dificultades técnicas ni desniveles fuertes, lo que lo hace apto para caminantes con un nivel medio de forma física.
Esta ruta permite descubrir una de las zonas menos conocidas del entorno protegido del Parque Regional del Curso Medio del Río Guadarrama. Aunque no alcanza las cotas de otras zonas más altas de la sierra, sí ofrece una muestra representativa de los paisajes de media ladera, con encinares, praderas, arroyos estacionales y antiguos caminos de trashumancia. El valor de esta ruta radica precisamente en su capacidad de mostrar cómo el paisaje natural y el uso humano tradicional pueden convivir con equilibrio, algo que el parque intenta conservar frente al crecimiento urbano de las zonas limítrofes.
Dejo el mapa de la ruta.