Ruta 182 - Circular por Peñalara, pasando por Las Lagunas, Risco de los Claveles, Cotos, Peña Citores desde el Puente de la Cantina

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Ruta realizada el 2 de agosto de 2025

2 personas a pie

Distancia: 22,53 km

Desnivel positivo: 1.158 m

Desnivel negativo: 1.158 m

Altitud máxima: 2.420 m

Altitud mínima: 1.332 m

Tipo de ruta: Circular

Tiempo en movimiento: 6 horas 56 minutos

Tiempo: 9 horas 40 minutos


Habíamos planteado una salida con la intención de darle una vuelta más amplia a la clásica circular de Peñalara. En lugar de salir desde Cotos, decidimos comenzar en el Puente de la Cantina, punto de partida que últimamente estoy utilizando en otras rutas por la zona. La idea era sumar algo de distancia al principio por los senderos tranquilos.de la zona de Valsaín, e incluir el paso por la Peña Citores y su refugio como broche final. Y aunque la meteorología no fue del todo estable, resultó una jornada larga, exigente, pero muy completa.





Adjunto vínculo a Wikiloc


https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/circular-por-penalara-pasando-por-las-lagunas-risco-de-los-claveles-cotos-pena-citores-desde-el-pue-224743429


Arrancamos temprano desde el Puente de la Cantina. La temperatura era agradable, sin calor, algo que no esperábamos en pleno agosto. Cruzamos el puente y accedimos al sendero en dirección al GR-10.4. Esta primera parte transcurre en su totalidad entre pinares, y ofrece una progresión muy cómoda. Apenas nos cruzamos con un par de personas en todo el tramo hasta Cotos. El bosque cerrado y el sonido de los arroyos cercanos hacían que la aproximación fuera agradable, sin exposición solar y con terreno en buen estado. Fuimos enlazando el sendero con la Vereda de la Canaleja, y poco después cruzamos el Puente sobre el Arroyo del Cancho. A continuación, giramos a la izquierda para tomar el Camino Viejo del Paular, que recorre la parte inferior de la ladera. Tras un rato, otro giro a la derecha nos mantuvo sobre el mismo camino, pero ascendiendo poco a poco. Cruzamos el Arroyo de Peña la Cabra, luego el del Infierno, y llegamos al final del tramo asfaltado. Desde allí se pasa a una cañada con aspecto de calzada romana, algo erosionada pero transitable sin problemas.







Llegamos al complejo del Puerto de Cotos. Allí hicimos una parada para desayunar en la Casa Marcelino (café y pincho). Tras el descanso, comenzamos el recorrido más frecuentado: la ruta de las lagunas de Peñalara, pasando por el Risco de los Claveles. Sabíamos que aquí cambiaría el ambiente, y así fue. Desde el acceso, nos encontramos con numerosos grupos y senderistas. Algunos coincidieron con nosotros durante parte del trazado, otros tomaban desvíos hacia otras rutas. Pasamos junto a la fuente Bernaldo de Quirós y luego por el centro de información para visitantes del Parque Natural de Peñalara. También pasamos por la fuente Cubeiro y el Mirador de la Gitana, que ofrece una vista inicial interesante del valle, aunque tapada en gran medida por los arboles. En el Cobertizo del Depósito giramos a la derecha, tomando la senda que se dirige a la zona de las lagunas. El camino gana pendiente, pero sigue siendo cómodo. Al llegar al desvío hacia la Laguna Grande, giramos a la izquierda y en poco tiempo estábamos allí.











La Laguna Grande de Peñalara estaba tranquila. Desayunamos sentados en un canchal cercano, observando el refugio Zabala en lo alto. Todo el entorno está protegido por una cuerda que delimita las zonas de acceso por razones de conserviación del espacio humedo. Tras el descanso, seguimos el sendero hacia el Mirador de Javier. Desde allí, se obtienen buenas vistas de la Cuerda Larga y de la Bola del Mundo. Un poco más adelante, llegamos al mirador natural de la Olla de Pepe Hernando, donde el paisaje comienza a abrirse más.








Pasamos por las Lagunillas, donde pudimos ver algunas ranas y tritones. También nos cruzamos con caballos pastando libremente. En ese tramo, el sendero recorre las llamadas cinco lagunas. Avanzamos después hasta la Laguna de los Claveles, y más adelante vimos algunas cabras montesas con cuernos muy marcados. Poco después, alcanzamos la Laguna de los Pájaros. Aquí hicimos una parada más larga. Era un buen punto para coger aire y valorar la situación, ya que se veían nubes negras por el horizonte. Parecían moverse hacia Cotos y no amenazaban directamente nuestra dirección, así que decidimos seguir adelante.















El siguiente tramo ascendía hacia un mirador con una vista excelente de la Laguna de los Pájaros. Desde allí se ve también parte de la Sierra de Guadarrama, con la vertiente de Castilla y León a la derecha y Madrid a la izquierda. Más adelante, el sendero pasa por el Collado de los Riscos. En la zona del Risco de los Pájaros optamos por no seguir la parte alta, sino bordear por un sendero lateral menos expuesto. En el paso del Risco de los Claveles, sí que optamos por cruzarlo directamente. Aunque tiene tramos algo estrechos, no ofrece demasiadas complicaciones si se va con calma. Este tramo es uno de los más interesantes de la ruta, con pasos entre bloques graníticos y algunas vistas bastante limpias del entorno. Comimos los bocadillos en el collado entre el Risco de los Claveles y el Alto de Peñalara, justo antes de encarar el último tramo de subida.











Al llegar a la cima de Peñalara, con sus 2.428 metros, comenzaron a caer algunas gotas. En ese momento no parecía una amenaza seria, pero el ambiente era claramente inestable. Seguimos la ruta, pasando por la Hermana Menor, y al alcanzar la Hermana Mayor, el cielo se cerró de golpe. Una granizada intensa nos obligó a buscar refugio bajo unas rocas. No era una tormenta eléctrica, pero la intensidad de la precipitación hizo que no tuviéramos opción de continuar hasta que escampó.







A partir de ahí, el plan cambió. La idea inicial era seguir un trazado más amplio, pero decidimos priorizar el descenso por un camino más directo. Atrochamos hacia el Collado Citores, enlazando con un tramo mucho menos transitado. En condiciones normales, habríamos explorado más la zona, pero dadas las circunstancias, optamos por avanzar sin detenernos. Aun así, pasamos junto a vestigios de la Guerra Civil, como trincheras y ruinas. La zona de Citores tiene mucho interés histórico, y aunque la pasamos rápido, no deja de ser un punto relevante en la ruta. Pasamos a unos metros de la cima de Peña Citores, a 2.181 metros, y desde allí fuimos descendiendo. Las ruinas de la guerra son visibles en varios puntos. También pasamos junto al refugio de Citores, en buen estado y perfectamente visible desde el sendero. 








Más adelante, en el Mirador del Cancho, hicimos una última parada corta para observar el valle de Valsaín y, en general, toda la cara norte de Peñalara. Las vistas hacia Segovia y su entorno son muy completas desde este punto. El resto de la ruta fue un descenso largo y exigente. El terreno estaba húmedo por la tormenta, lo que nos obligó a bajar con cuidado. La bajada discurre por senderos bastante directos, sin muchas curvas, lo que implica fuertes pendientes. Pasamos por otro de los numerosos miradores naturales de los Bosques de Valsaín y del Puerto de Navacerrada que hay durante el descenso, cruzamos una pista forestal y continuamos bajando por tramos de pendiente mantenida. En la zona de la Solana giramos a la izquierda, retomando el GR-10.4 en dirección al Puente de la Cantina.













El final se hizo notar. Aunque no quedaba mucho desnivel, la fatiga acumulada comenzaba a pesar. Finalmente, alcanzamos el acceso al Puente de la Cantina, cerrando así una ruta circular de 22,53 km, con 1.158 metros de desnivel positivo acumulado, que nos mantuvo en marcha unas siete horas efectivas. La ruta pone en valor una de las zonas más completas de la Sierra de Guadarrama. No solo por su valor natural o su variedad de paisajes, sino también por la presencia de elementos históricos y una red de senderos bien definida. Es un trazado exigente físicamente, pero accesible para quienes estén acostumbrados a recorridos largos. Comienza en una zona muy tranquila, se adentra en el núcleo más transitado del Parque Nacional, y termina de nuevo entre pinares y zonas solitarias, logrando un buen equilibrio. La senda representa también el valor de conectar puntos de entrada alternativos, evitando los accesos saturados y permitiendo rutas circulares con variedad de terrenos y vistas.


Dejo el mapa de la ruta.




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