Ruta 187 - Caminos por Villanueva del Pardillo, Colmenarejo y Molino de la Hoz por el Guadarrama y el camino del Paredón desde Las Rozas

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Fecha: 3 de agosto de 2025

1 persona en bicicleta

Distancia: 34,45 km

Desnivel positivo: 382 m

Dificultad técnica: Moderado

Desnivel negativo: 382 m

Altitud máxima: 872 m

Altitud mínima: 603 m

Tipo de ruta: Circular

Tiempo en movimiento: 3 horas 14 minutos

Tiempo: 4 horas un minuto


La ruta que hoy comparto es una circular que parte desde Monterozas, que recorre zonas emblemáticas del entorno del río Guadarrama, atravesando Villanueva del Pardillo, Colmenarejo, Molino de la Hoz y el Camino del Paredón. Con algo más de 34 kilómetros y un desnivel acumulado moderado, es perfecta para una salida de MTB de media mañana.





Adjunto vínculo de Wikiloc:


https://es.wikiloc.com/rutas-ciclismo/caminos-por-villanueva-del-pardillo-colmenarejo-y-molino-de-la-hoz-por-el-guadarrama-y-el-camino-de-224845681


Comienzo en Monterozas, accediendo al Área Natural Protegida del Alto Lazarejo por la calle Kálamos, justo junto a la Concejalía de Economía de Las Rozas. Es un inicio con caminos bien marcados que me conducen en dirección al Puente del Retamar. Tras poco menos de dos kilómetros, alcanzo este histórico paso sobre el Guadarrama. Aquí el río baja tranquilo, abrazado por una vegetación generosa . El entorno del Guadarrama marca el espíritu de esta ruta. No es solo una vía de paso entre municipios, sino un espacio de valor ambiental enorme. Declarado Parque Regional, esta franja verde sirve como corredor ecológico y refugio de biodiversidad. Después del puente, tomo la senda superior que avanza paralela al río. Pronto llego al punto de información de la Ruta 15, una de las rutas de la Comunidad de Madrid que enlazan Villanueva del Pardillo con el Puente del Retamar. Sigo recto, disfrutando del terreno, aunque no tarda en surgir el primer contratiempo: una trialera mal encarada y un pedal que se engancha. Salgo volando, acabo con un par de raspones y el freno delantero desmontado. Nada grave. Hago un apaño rápido, ajusto como puedo y continúo adelante. Tomo a la izquierda un camino arado recientemente. Pedalear por aquí se vuelve incómodo, el terreno suelto y desigual se clava en las piernas. Pero pronto recupero senda, esta vez junto al río Guadarrama, por un tramo sombrío, fresco y agradable, donde se rueda con gusto. Paso bajo la gran canalización que conecta con el embalse de Valmayor, una de las infraestructuras hidráulicas clave de la zona.









Abandono el entorno del río para incorporarme a la antigua M-509, dirección Villafranca del Castillo. Entro a esta urbanización por su acceso principal y, tras unos cientos de metros, conecto con un largo parque lineal que corre paralelo a la calle Castillo de Antequera. Lo recorro entero, más de un kilómetro y medio por terreno llano y sombreado. A mitad de recorrido, una fuente operativa me permite rellenar bidones. Al final del parque tomo un desvío a la derecha entre olmos. Aparecen algunas pequeñas trialeras, tramos breves pero técnicos que aportan algo de picante a la ruta. Este tramo pertenece al llamado Camino del Soto, que poco a poco me saca de la zona urbanizada y me devuelve al campo. El paisaje cambia: encinares bajos, tierra compacta y un horizonte que se abre.






Giro a la izquierda por un camino descendente, y pronto me planto en la Ermita de la Virgen del Soto, en el kilómetro 10,6 de la ruta. El entorno es bonito, con un área recreativa que invita a parar, aunque esta vez no me detengo. Giro a la derecha y me incorporo a una amplia pista de tierra, cómoda y bien pisada. Un par de giros más y sigo por otra pista similar, cruzando parajes abiertos y zonas de cultivo. 






Tras superar Las Hayuelas, dejo la pista y me adentro de nuevo en el espacio urbano, ahora de Villanueva del Pardillo. Paso una gran rotonda con las letras metálicas del municipio y busco la pista junto al arroyo de los Palacios. Este nuevo tramo, llamado Los Toconales, es especialmente agradable. Es ancho, con firme duro, y permite rodar rápido. A la izquierda se alzan el Cerro Osera y la Cuesta Blanca; a la derecha, campos cubiertos de placas solares que dan un aire futurista al entorno. Cerca del kilómetro 18 paso junto al pequeño aeródromo de Villanueva del Pardillo. Poco después, llego al cartel que marca el inicio de la vía pecuaria y el comienzo de un pequeño puerto. Aquí la cosa se pone seria: un ascenso constante de tres kilómetros con 160 metros de desnivel. Se hace notar. Pedaleo con ritmo, mirando de reojo el entorno, buscando algo de sombra. Al llegar al llamado Mirador de Madrid, respiro. Es el punto más alto de la ruta, y las vistas hacia el sur y el oeste compensan el esfuerzo.






Desde aquí me dejo caer hacia Colmenarejo. La entrada al casco urbano es tranquila. A la altura de Los Ranchos tomo una vía pecuaria donde confluyen tres rutas señalizadas de la Comunidad de Madrid. Este tramo conecta directamente con el Monte Cuesta Blanca. En el kilómetro 24,2 alcanzo el Monte Cuesta Blanca. Poco después tomo un desvío a la izquierda para iniciar uno de los tramos más especiales de la ruta: el Camino del Paredón. Una pista serpenteante que recorre la parte alta del cerro del mismo nombre, ofreciendo panorámicas únicas. En el kilómetro 25,4 corono el Cerro del Paredón. Desde aquí se ve el perfil de Madrid, con las Cuatro Torres en la distancia. El camino del Paredón termina. Giro a la izquierda y tomo un tramo de la antigua carretera del Escorial. 





Son apenas unos minutos hasta que se abre el tramo completamente recto y asfaltado que me lleva directamente hacia Molino de la Hoz. Cruzo el embalse por el puente del Camino Real. El agua, serena, refleja el cielo. Es el kilómetro 32,3 de la ruta. Salgo de Molino de la Hoz por la recientemente implementada Senda Azul, dejando atrás este enclave residencial. En la intersección, giro a la izquierda. Si fuera a la derecha, volvería al Puente del Retamar, pero esta vez cierro el círculo por una variante que me saca del área protegida. El último tramo es sereno, una vuelta suave a la civilización, con ese sabor que deja una ruta completa.






En total, han sido 34,45 kilómetros, con un desnivel positivo de 382 metros. Tiempo en movimiento: algo más de tres horas, y un total de cuatro con paradas y fotos. Una ruta redonda, variada y muy recomendable para quien busque combinar deporte, paisaje y un poco de historia en la Sierra de Guadarrama más accesible.


Dejo el mapa de la ruta.





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