Ruta realizada el 3 de septiembre de 2025
1 persona a pie
Distancia: 16,3 km
Desnivel positivo: 939 m
Dificultad técnica: Moderado
Desnivel negativo: 939 m
Altitud máxima: 2.379 m
Altitud mínima: 1.770 m
Tipo de ruta: Circular
Tiempo en movimiento: 4 horas 40 minutos
Tiempo: 7 horas 47 minutos
La finalidad de esta ruta es ascender a las Cabezas de Hierro Mayor y Menor desde el puerto de Cotos, recorriendo el PRM-27 y el exigente Tubo de las Cerradillas para alcanzar dos de las cumbres más representativas de la Cuerda Larga. El regreso por Valdemartín, la Bola del Mundo y la Loma del Noruego completa un itinerario circular que combina bosques, arroyos, pedreras y panorámicas, mostrando la esencia de la Sierra de Guadarrama.
Adjunto vínculo a Wikiloc:
El puerto de Cotos, también conocido como puerto del Paular, constituye uno de los pasos más emblemáticos de la Sierra de Guadarrama. Situado a 1830 metros de altitud, separa las provincias de Segovia y Madrid, así como los valles de Valsaín al oeste y del Lozoya al este. Mi ruta comienza en el aparcamiento del puerto de Cotos al amanecer, esperando completar la ruta antes de las horas más calurosas. El primer tramo discurre girando a la izquierda por la carretera de acceso a Valdesquí, actualmente cerrada al tráfico. Camino por ella alrededor de 900 metros, aprovechando la amplitud del trazado y las vistas tempranas hacia el bosque de pino silvestre que envuelve la zona. Tras este inicio, abandono la carretera y tomo a la izquierda una vía pecuaria que me conduce hacia el refugio Pingarrón. En apenas un kilómetro alcanzo el mirador de Valdesquí, desde el cual se abre una panorámica magnífica: hacia un lado el macizo de Peñalara iluminado por las primeras luces del día, y al otro la estación de Valdesquí y los amplios cordales que recorreré más adelante. Unos minutos después llego al refugio Pingarrón, situado a 1825 metros de altitud y a poco más de kilómetro y medio del puerto. Se trata de un refugio guardado con capacidad para 25 plazas, muy utilizado por montañeros que buscan acometer travesías largas o ascensos a las cumbres cercanas.
En esta parte de la ruta coincido con paneles informativos de las sendas RV1 y RV9, además del sendero PR-M 27. La senda RV9 es una ruta circular de unos 9 kilómetros, fácil y frecuentada, que bordea el arroyo de las Guarramillas y ofrece un agradable paseo bajo la sombra del pinar. Sin embargo, mi objetivo es otro: continúo hacia el Arroyo de las Guarramillas, siguiendo un sendero que se interna en el valle. El rumor constante del agua me acompaña y pronto llego a un puente que permite cruzar el arroyo. Desde aquí sigo unos metros y alcanzo la Poza de Sócrates. Este rincón es uno de los más singulares de la sierra. Su nombre rinde homenaje a Sócrates Quintana, miembro del Club Alpino Español, que en 1914 habilitó una poza en este lugar para que los socios pudieran bañarse. Décadas después se instaló una placa conmemorativa, hoy desaparecida por actos vandálicos. La poza se encuentra en un estrechamiento rocoso, donde el arroyo de las Guarramillas se precipita en una cascada que alimenta un pequeño vaso de agua cristalina. Desde arriba el barranco impresiona, pero al rodearlo y contemplar la caída de frente, la belleza de la cascada y el entorno agreste compensan cualquier esfuerzo.
En la otra parte del arroyo, retomo el PRM-27 hasta llegar al cruce en donde tomé la opción de la derecha, en dirección a Cabezas de Hierro. La izquierda habría conducido a Rascafría, pero mi objetivo estaba claro. El sendero me llevó a cruzar cuatro pequeños arroyos que se juntan más adelante formando el Arroyo de las Cerradillas. Una vez vadeado el cuarto, algo más adelante, supuso ya acercarse al inicio de la parte seria de la subida. Desde ese punto se abren las vistas de la Cuerda Larga y del circo de las Cerradillas, un terreno de gran amplitud que adelanta la dureza de la ascensión. Empecé a ganar altura por una pedrera, siguiendo los hitos de piedra que indicaban el camino más pisado y seguro. La subida era exigente, con piedra suelta y escalones naturales que obligaban a un ritmo pausado. Entre medias encontré la Fuente Porroncete, con un hilillo de agua. Es una senda PR con las marcas blancas y amarillas. La senda se endurecía claramente, con un trazado escalonado y abundante piedra suelta. Las piernas lo notaban, pero las vistas compensaban: el circo de las Cerradillas se desplegaba a mi espalda y el Alto de Valdemartín se distinguía a lo lejos. Poco a poco la pendiente cedió al alcanzar el alto de la loma, donde el sendero suavizaba y caminar se hacía más llevadero. Avancé hasta incorporarme al Tubo Norte Entrecabezas, cruzandome con otro de los accesos, el que conecta con la ruta denominada de los pulmones. No era el objetivo del día, pero lo anoté mentalmente para otra ocasión. En este tramo me crucé con un rebaño de cabras, habituales en la zona, que pastaban con tranquilidad en las laderas. El sendero se dirigía hacia el collado de Entrecabezas, desde donde quedaba ya claro que a la izquierda se alcanzaba la Cabeza de Hierro Mayor y a la derecha la Menor.
Primero fui a la Cabeza de Hierro Mayor, la más alta con sus 2.383 metros. Allí se encuentra el vértice geodésico y, en las cercanías, varios vivacs de piedra. De nuevo se dejaban ver rebaños de cabras, muy acostumbradas a la presencia humana.
Tras un breve descanso, tocaba encaminarme a la Cabeza de Hierro Menor. La subida es algo más compleja y requiere atención, aunque también puede rodearse por la senda de la Cuerda Larga. En la cima hay un palo que hace de referencia como vértice improvisado.
Comencé después el regreso, siguiendo la dirección del collado de Valdemartín. La senda transcurre por el clásico trazado de la Cuerda Larga, una de las travesías más reconocidas de la Sierra de Guadarrama. Pasé por el Alto de Valdemartín y después por el collado de las Guarramillas, hasta llegar a la Bola del Mundo, donde las antenas dominan el paisaje. La cima del Valdemartín, a 2280 metros de altitud, es una de las más altas de la Sierra de Guadarrama y la segunda en importancia dentro de la Cuerda Larga tras las Cabezas de Hierro. Desde su cumbre, pedregosa y ventosa, se divisan al sur los pinares del valle del Lozoya, al norte las laderas de Valsaín, y hacia el oeste el perfil redondeado de la Bola del Mundo. Muy cerca, el ventisquero de la Condesa recuerda el origen del río Manzanares.
Continúo por la Cuerda Larga hacia el collado de las Guarramillas, un paso amplio y característico que antecede la subida a la Bola del Mundo. Esta montaña, oficialmente llamada alto de las Guarramillas, alcanza los 2257 metros. La ascensión es cómoda, por pista ancha, y pronto aparecen las inconfundibles antenas instaladas en 1959. Desde entonces, el nombre de Bola del Mundo se popularizó gracias a la carta de ajuste televisiva de la época. Su posición estratégica y sus instalaciones convierten esta cumbre en una referencia visible desde gran parte de la Comunidad de Madrid.
Desde la cima tomo la Senda del Noruego, que desciende hacia el puerto de Cotos por la loma del mismo nombre. Esta loma es un contrafuerte de la Cuerda Larga que se alarga en dirección noreste hasta el puerto. Su punto culminante es la Peña del Águila, con 2004 metros de altitud. La loma recibe su nombre en honor a dos pioneros noruegos del esquí en la sierra, Birger Sörensen y Sigurd Christiansen, que a comienzos del siglo XX se aventuraron por estas montañas con rudimentarias tablas de madera. La senda PR-M 31, bien señalizada con marcas blancas y amarillas, facilita el recorrido. El descenso arranca entre riscos y panorámicas abiertas, con vistas extraordinarias de Valdesquí, la propia Bola del Mundo, Peña Citores y el macizo de Peñalara. En uno de los puntos encuentro un mojón de granito que marca la ruta. Más adelante alcanzo la Peña del Águila, desde la cual se aprecia con claridad el camino recorrido y la cercanía del puerto. El sendero continúa y se interna en el bosque de pino silvestre, donde la sombra refresca la marcha. Llego al Altozano, otro punto de referencia, y descenciendo por la senda, ya bajo el pinar, llego a un claro donde convergen varias sendas, incluidas las que suben desde el refugio Pingarrón y las que conectan con el propio puerto de Cotos. Tomo la dirección adecuada y, tras un descenso cómodo entre pinos, alcanzo de nuevo el aparcamiento de Cotos, cerrando así el recorrido circular.
La senda combina distintos ambientes de la Sierra de Guadarrama: bosques de pino al inicio y al final, arroyos que cruzan las laderas, pedreras exigentes, y cimas que forman parte de la emblemática Cuerda Larga. Es un itinerario que permite entender la importancia de este cordal dentro de la sierra, tanto por su valor natural como por el papel que juega en la práctica del senderismo. Subir por el tubo de las Cerradillas y descender por la Loma del Noruego ofrece un trazado completo, que exige esfuerzo físico y devuelve la recompensa de panorámicas únicas.