Ruta 220 - Caminata por el Noroeste de la ciudad de Madrid. Dehesa de la Villa, Parque Norte, 4 Torres, P.Castilla y N. Ministerios desde Cuatro Caminos

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Ruta realizada el 13 de septiembre de 2025

1 persona a pie

Distancia: 14,24 km

Desnivel positivo: 130 m

Dificultad técnica: Moderado

Desnivel negativo: 130 m

Altitud máxima: 730 m

Altitud mínima: 651 m

Tipo de ruta: Circular

Tiempo en movimiento: 3 horas 2 minutos

Tiempo: 3 horas 14 minutos


La finalidad de esta ruta era disfrutar de una caminata tranquila enlazando parques y espacios urbanos del noroeste de Madrid. Desde Cuatro Caminos hasta Nuevos Ministerios, pasando por la Dehesa de la Villa, la Vaguada, el Parque Norte y la zona de las Cuatro Torres, el recorrido permitió apreciar la diversidad de entornos verdes que estructuran la ciudad. Un itinerario circular de catorce kilómetros que combina naturaleza, modernidad y vida urbana.



Adjunto vínculo a Wikiloc:


https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/noroeste-de-madrid-dehesa-de-la-villa-parque-norte-4-torres-p-castilla-y-n-ministerios-desde-cuatro-231402856


Salí temprano, casi al amanecer de un sábado, con la idea de caminar sin ninguna preocupación por el noroeste de Madrid. El punto de inicio fue Cuatro Caminos, con la Parroquia de Nuestra Señora de los Ángeles como primera referencia. Desde allí, en lugar de dirigirme directamente hacia el corredor verde del Parque Rodríguez Sahagún, opté por un recorrido alternativo enlazando distintos parques que me llevarían hacia el norte. El primer tramo me condujo hasta el Parque de Francos Rodríguez, un espacio urbano con zonas arboladas y senderos sencillos. A esa hora de la mañana, apenas había movimiento, lo que permitía recorrerlo con calma. Tras unos minutos de paseo alcancé la Dehesa de la Villa, uno de los pulmones verdes más singulares de Madrid. Allí bordeé el Alto del Mojón, a unos 2,2 kilómetros desde el inicio, donde se percibe con claridad cómo la ciudad se abre al oeste y al noroeste, un punto que siempre aporta una panorámica interesante.





Continué hacia las zonas de terrazas y áreas recreativas de la Dehesa, con mesas, columpios y rincones preparados para los vecinos. Es un contraste curioso ver cómo este espacio, que en parte conserva el carácter de monte mediterráneo, convive con instalaciones pensadas para el ocio ciudadano. Poco después pasé junto al punto de información del sendero GR-124, que conecta distintos lugares de la Comunidad de Madrid y que cruza por este parque. Seguí hasta el cruce con la calle Francos Rodríguez, donde el parque se interrumpe, para retomar la senda en el último tramo de la Dehesa de la Villa. Desde ahí caminé hasta el Parque Blas de Otero, a unos 3,6 kilómetros, otro espacio de barrio con zonas deportivas y ajardinadas que se enlaza de forma natural con el siguiente destino. No muy lejos se encuentra el Parque Luisa Carnés, en la zona conocida como Ciudad de los Poetas, un conjunto de calles y jardines que dan identidad a esta parte del distrito. El paseo seguía tranquilo, con una mezcla de silencio y actividad temprana de algunos vecinos. El cruce del Valle de Mena me llevó a pasar junto a la Parroquia de Santa Ángela de la Cruz, a unos 4,5 kilómetros de la salida. Se trata de un edificio moderno, integrado en el barrio. A continuación, avancé hacia el Parque de Chantada, uno de esos espacios pequeños que sirven de transición entre calles y avenidas.


Girando a la derecha, el camino me llevó en dirección al Parque Cerro de Peñabel, al que llegué en torno al kilómetro 4,9. Es un espacio con cierto desnivel, donde la vegetación se combina con zonas abiertas y un bonito estanque con aves acuáticas. 





No muy lejos está la estación de metro de Peñagrande y, frente a ella, la Parroquia de Nuestra Señora de Luján, que encontré a unos 5,5 kilómetros. Continué hasta el Parque de la Vaguada. Sus amplios paseos, zonas de agua y áreas infantiles lo convierten en un parque muy frecuentado para los vecionos del Barrio del Pilar. El centro comercial La Vaguada se levanta junto a él, siendo un referente de la zona desde hace décadas.






Desde allí giré a la izquierda para adentrarme en el Parque Norte, alcanzado en torno al kilómetro seis. Este gran espacio verde destaca por su amplitud, sus recorridos peatonales y sus áreas deportivas. Lo atravesé rapido, disfrutando de la sensación de desconexión que ofrece pese a estar rodeado de tráfico y grandes avenidas. La caminata me llevó después hacia el parque situado en el distribuidor de las Cuatro Torres y el Hospital de La Paz, donde la vegetación convive con la arquitectura más moderna de Madrid. La zona ajardinada a los pies de las torres resulta un buen ejemplo de cómo se están integrando espacios verdes en áreas de fuerte desarrollo empresarial.












El regreso lo hice por el Paseo de la Castellana, uno de los ejes principales de la ciudad. Alcancé Plaza Castilla, siempre llena de movimiento, con el contraste de las Torres KIO en el horizonte. Después continué hacia la Plaza de Cuzco, donde la avenida se ensancha, para seguir hasta el Estadio Santiago Bernabéu, que se alza imponente en pleno corazón financiero. A lo largo de este tramo, a pesar del asfalto, no faltan pequeños parterres, árboles y zonas verdes que suavizan el recorrido.








Más adelante pasé por los jardines que se abren a los lados de la Castellana, llegando a la zona de Nuevos Ministerios. Allí entré en su parque, alcanzado en torno al kilómetro 12,4, un espacio amplio y cuidado que rompe con la densidad de edificios de oficinas de alrededor. Desde ese punto avancé hasta la Plaza de San Juan de la Cruz y el jardín dedicado a Salvador Rivas Goday, un pequeño espacio verde que recuerda a este geólogo y naturalista. Muy cerca se encuentra la Parroquia de Santa María del Silencio, ultimo punto de interés antes de regresar hacia el punto de partida.









Este recorrido es un buen ejemplo de cómo Madrid está salpicada de parques y jardines que conectan entre sí distintos barrios. No son simples espacios de paso, sino lugares que reflejan la diversidad de la ciudad: desde la Dehesa de la Villa, con su carácter de monte natural, hasta los jardines modernos que rodean las torres financieras. Este itinerario muestra cómo las zonas verdes contribuyen a articular el tejido urbano y ofrecen a los vecinos un respiro en medio del ritmo de la capital. Enlazarlas en una caminata permite descubrir otra forma de recorrer la ciudad, más pausada, en la que se aprecia tanto la historia como la transformación contemporánea de Madrid.


En total fueron poco más de catorce kilómetros, en unas tres horas de paseo tranquilo, un recorrido circular desde Cuatro Caminos que une tradición, modernidad y espacios abiertos. Dejo el mapa esta ruta.



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