Ruta 221 - Cuerda Larga entre Puerto de Navacerrada y Miraflores (por La Najarra).

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Ruta realizada el 14 de septiembre de 2025

2 personas a pie

Distancia: 26,52 km

Desnivel positivo: 1.056 m

Dificultad técnica: Difícil

Desnivel negativo: 1.788 m

Altitud máxima: 2.380 m

Altitud mínima: 1.120 m

Tipo de ruta: Solo ida

Tiempo en movimiento: 7 horas 44 minutos

Tiempo: 10 horas 29 minutos


La finalidad de esta ruta fue recorrer de manera íntegra la Cuerda Larga, uno de los cordales más emblemáticos y exigentes de la Sierra de Guadarrama. El itinerario permitió enlazar sus principales cumbres, disfrutar de panorámicas únicas hacia el Lozoya y la Pedriza, y poner a prueba la resistencia física en un entorno de alta montaña. Supuso una experiencia completa que combinó esfuerzo, paisaje y conocimiento del territorio serrano.





Adjunto vínculo a Wikiloc:


https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/cuerda-larga-entre-puerto-de-navacerrada-y-miraflores-por-la-najarra-231751214


La jornada comenzó pronto, en el intercambiador de Moncloa, donde tomamos el autobús de la línea 691 que atraviesa Becerril y el propio pueblo de Navacerrada antes de llegar al puerto. Eran las ocho de la mañana cuando partimos y a las nueve y cuarto estábamos ya en el aparcamiento del puerto de Navacerrada, a 1858 metros de altitud, con las mochilas cargadas de agua y provisiones. Al ser mediados de septiembre y un día despejado, el calor iba a estar presente, y sabíamos de antemano que la ruta no tenía fuentes funcionales en todo su recorrido.



Desde el propio aparcamiento nos desviamos hacia la Bola del Mundo, por el acceso al sendero PRM11 que arranca pasando junto al Collado de los Pastores. A medida que ascendíamos, las vistas del puerto de Navacerrada desde las Cabrillas iban quedando a nuestras espaldas. Allí seguimos a la izquierda, dirección a la Bola del Mundo, observando a lo lejos el valle de la Barranca y la senda de la tubería, que en esta ocasión dejamos para otro día. Poco después llegamos al Ventisquero de la Estrada, donde nos incorporamos a la pista asfaltada en sentido ascendente. Pasamos junto al Cristo de los Montañeros y a la Virgen de las Nieves, orientada hacia su gemela situada en el Cerro del Telégrafo, junto a los Siete Picos.










En poco tiempo alcanzamos la cima de la Bola del Mundo, cuyo verdadero nombre es el Alto de Guarramillas, a 2265 metros. Desde allí se abre la verdadera entrada a la Cuerda Larga, dejando a la izquierda la senda de la Loma del Noruego que conduce a Cotos. Continuamos adelante, descendiendo ligeramente hasta el collado de las Guarramillas, pasando junto a la pista de Valdesquí, que quedaba a nuestra izquierda. El siguiente hito fue el Alto de Valdemartín, con sus 2283 metros. Desde allí las vistas alcanzaban la Bola del Mundo hacia atrás y, al frente, las imponentes Cabezas de Hierro, que ya se intuían como uno de los retos de la jornada. El descenso hasta el collado de Valdemartín fue rápido, y poco después un rebaño de cabras montesas se cruzó en nuestro camino, ya cerca de la Cabeza de Hierro Menor.






La ascensión a la Cabeza de Hierro Menor, con sus 2374 metros, fue sostenida pero sin complicaciones técnicas, que se dan si se suben por la otra cara. En esta ocasion respetamos el sendero. 








Alcanzamos el collado de Entrecabezas, y desde allí afrontamos la subida a la Cabeza de Hierro Mayor. Con sus 2383 metros, este pico es la segunda altura de la Comunidad de Madrid. Paramos junto al vértice geodésico, desde donde se contempla el macizo de Peñalara y el valle de la Angostura. Era un buen momento para tomar aire, reponer algo de fuerzas y observar cómo el recorrido se iba desplegando hacia el este.





La bajada desde la Cabeza de Hierro Mayor nos llevó en dirección a la Loma de Pandasco. Antes pasamos por Peña Vaqueros, a 2233 metros, y por su collado homónimo, alcanzando después la propia Loma de Pandasco, situada en torno a los 2238 metros. Allí hicimos nuestro primer avituallamiento serio de la jornada. La loma nos ofreció un tramo más suave, que se agradeció después de las intensas subidas anteriores. Continuamos por el collado de las Zorras, y pronto llegamos a Navahondilla, otro punto destacado a 2234 metros, antes de alcanzar Asómate de Hoyos. En este lugar, ya sobre La Pedriza posterior, la panorámica se abrió de manera espectacular hacia el sur, con un mar de rocas y paredes que son referencia obligada para los amantes de la escalada.











El siguiente collado fue el de Pedro de los Lobos. En esta bajada coincidimos con un grupo de creadores de contenido: SenderismoJJ y Mondalindos. Fue un encuentro breve pero cordial, y nos resultó muy grato poder charlar unos minutos con ellos en pleno recorrido. La sierra une a quienes la recorren, y compartir impresiones siempre enriquece. Continuamos hacia la Loma de Bailanderos, donde el terreno se volvió más pedregoso y técnico. El nombre de este lugar no es casual: las grandes rocas parecen moverse ligeramente, lo que obliga a caminar con atención. Allí realizamos nuestro segundo avituallamiento, disfrutando además de una panorámica excepcional de la Pedriza, Manzanares el Real y Soto del Real.









Alcanzamos después el collado de la Najarra y pasamos junto al refugio del mismo nombre. Este pequeño refugio, aunque se encuentra en estado algo ruinoso, puede ofrecer cobijo de emergencia para una persona. Poco más adelante coronamos La Najarra, con su vértice geodésico a 2120 metros, cerrando así la lista de cumbres principales de la Cuerda Larga. La sensación de amplitud desde esta cima compensa el esfuerzo acumulado, y por un momento sentimos que habíamos completado una línea continua de montañas que, vistas en un mapa, parecen casi imposibles de recorrer de una sola vez.








El descenso comenzó hacia Cuatro Calles, desde donde ya se apreciaban claramente Miraflores de la Sierra y su embalse. Fue en este punto donde me entretuve un rato atendiendo una llamada que no podía esperar, lo que afectó al tiempo total de la ruta en unos cuarenta minutos aproximadamente. Tras retomar el camino, seguimos bajando primero entre roquedos y después por pinares, en un tramo más amable que agradecimos después de tantas horas de cresteo.








Ya más cerca del valle pasamos por el mirador de la Senda Santé, desde donde se obtiene una buena perspectiva del embalse de Miraflores. Allí tomamos la pista hacia la izquierda, y al poco giramos a la derecha siguiendo las marcas del sendero local verdes y blancas. Cruzamos el arroyo de la Tejera y continuamos por una pista forestal bajo un robledal, que aportó sombra en los últimos kilómetros. Llegamos así al embalse de Miraflores, un entorno muy agradable en el que paramos unos minutos para disfrutar del paisaje. Poco después alcanzamos la Fuente del Cura, la primera fuente funcional de todo el recorrido. A esas alturas del día se agradeció poder llenar las botellas y refrescarnos. El último esfuerzo nos llevó hasta la parada del autobús de la línea 725, que conecta Miraflores con Plaza de Castilla en Madrid. Con el regreso en transporte público se cerraba una jornada larga pero completa, que combinó exigencia física y disfrute paisajístico.





La Cuerda Larga no es solo una sucesión de cumbres unidas en línea recta. Esta senda, señalizada en buena parte como PRM11, constituye uno de los itinerarios más representativos de la Sierra de Guadarrama. Su trazado, elevado y expuesto, marca la divisoria de aguas entre el Lozoya al norte y el Manzanares al sur. Recorrerla permite comprender la importancia geográfica de este cordal, que influye en el clima, en la vegetación y en la propia distribución de actividades humanas en el entorno. Además, al ser una de las rutas más exigentes en longitud y desnivel de toda la Comunidad de Madrid, se ha convertido en un clásico para los senderistas y montañeros locales, casi un rito de paso que todos desean completar al menos una vez. Su dureza no esconde su valor cultural y natural, y en cada paso se percibe la relación histórica que estas montañas han mantenido con quienes las habitan o visitan.

En total, la ruta que completamos tuvo una distancia de 26,52 kilómetros, con un desnivel positivo acumulado de 1056 metros y un desnivel negativo de 1788. La altitud máxima alcanzada fue de 2380 metros y la mínima de 1120. El tiempo total invertido fue de diez horas y veintinueve minutos, de los cuales siete horas y cuarenta y cuatro minutos corresponden al tiempo en movimiento. La dificultad técnica está catalogada como difícil, una descripción justa teniendo en cuenta la longitud, el desnivel y la exposición de ciertos tramos.

El día terminó con la satisfacción de haber completado una de las travesías más emblemáticas de la Sierra de Guadarrama. A pesar del calor, de la necesidad de cargar suficiente agua y de los tiempos añadidos por el transporte público, la experiencia mereció la pena. La combinación de cumbres, collados, panorámicas y el descenso final hasta Miraflores ofreció una visión completa de lo que la Cuerda Larga representa. Dejo el mapa de la ruta.




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