Ruta 223 - Zoologico de Madrid en detalle

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Fecha: 20 de septiembre de 2025

2 personas a pie

Distancia: 5,01 km

Desnivel positivo: 38 m

Dificultad técnica: Fácil

Desnivel negativo: 38 m

Altitud máxima: 653 m

Altitud mínima: 630 m

Tipo de ruta: Circular

Tiempo en movimiento: una hora 57 minutos

Tiempo: 5 horas 14 minutos


La finalidad de esta ruta fue realizar un recorrido completo por el Zoo Aquarium de Madrid, siguiendo un trazado circular que permitiera visitar todos los recintos y observar cada especie sin dejar nada atrás. Más allá del aspecto lúdico, la caminata sirvió para reflexionar sobre la conservación, la educación ambiental y el papel que desempeña este espacio dentro de la Casa de Campo como punto de encuentro entre la ciudad y la biodiversidad del planeta.


Adjunto vínculo a Wikiloc


https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/parque-zoologico-de-madrid-232580441#wp-232580442




Un sábado de septiembre, con la idea de combinar una caminata tranquila con una visita diferente, nos acercamos al Zoo Aquarium de Madrid. La ruta completa que realizamos ese día, en la que mezclamos senderismo con este paseo más urbano, la contaré en otra entrada. Adjunto el link a la ruta completa:


https://amsenderismo.blogspot.com/2025/09/ruta-222-madrid-desde-la-casa-de-campo.html


En esta ocasión quiero centrarme únicamente en el recorrido dentro del zoológico, siguiendo un trazado circular en sentido antihorario con la intención de pasar por todos los recintos y no dejarnos ningún animal sin ver. Es obvio, pero conviene recordar que la visita al zoo implica un coste de entrada y que dentro del recinto hay que cumplir con las normas del centro, tanto en lo relativo a la convivencia como a la prohibición de interactuar con los animales (a excepción de la Pequeña Granja). El Zoo Aquarium de Madrid se encuentra en la Casa de Campo, un espacio forestal enorme que supone uno de los principales pulmones verdes de la capital. El zoo pertenece al grupo Parques Reunidos y lleva décadas formando parte de la oferta cultural y de ocio de la ciudad. La historia de los zoológicos madrileños se remonta al siglo XVIII, cuando Carlos III fundó la Casa de Fieras en el Retiro en 1770. Más tarde, en 1972, se inauguró el actual zoológico en la Casa de Campo, gracias al impulso de Antonio Lleó de la Viña y al diseño del arquitecto Jordi Mir Valls. Desde entonces, el recinto ha ido evolucionando con nuevas instalaciones, como el delfinario en 1987, el acuario en 1995 o el complejo de primates del sudeste asiático en 2006. En 2007 llegaron los pandas gigantes cedidos por China, una de las especies más emblemáticas del parque. Actualmente, el zoo participa en múltiples programas de conservación de especies amenazadas y mantiene más de mil trescientos animales de más de trescientas especies.




Comenzamos el recorrido tras pasar el acceso principal, donde se concentran los servicios y los primeros paneles informativos. A pocos pasos aparecen los flamencos, siempre llamativos por su color rosado y sus movimientos pausados en el agua. Al lado encontramos a las focas monje y a los pingüinos, que nadan en espacios adaptados y muy distintos entre sí: mientras las focas se muestran ágiles en su piscina, los pingüinos se desplazan entre el agua y la zona rocosa, ofreciendo un contraste que llama la atención de grandes y pequeños.




Más adelante llegamos al recinto del espectáculo de los leones marinos, en donde asistimos a una función de corte educativo de unos 25 minutos. La ruta nos llevó después a la pequeña granja, una instalación dedicada a animales domésticos donde suelen detenerse las familias con niños, ya que se trata de un espacio más cercano y accesible.






La siguiente sección está dedicada a Asia. El oso malayo, más pequeño que otras especies de osos, se mueve con calma por su recinto. Justo después nos encontramos con el cálao terrestre de cara roja, un ave inconfundible por su plumaje negro y la piel roja de la cara, muy distinta de lo que solemos ver en aves europeas. El tigre siberiano nos obliga a detenernos un buen rato; su tamaño y la intensidad de su mirada lo convierten en uno de los animales más impresionantes del zoo. El recorrido asiático continúa con el león asiático, más pequeño que el africano, pero igualmente majestuoso. Muy cerca está el muflón del Atlas, con sus característicos cuernos curvados, representando a la fauna de las montañas.





De ahí pasamos a la zona de África. El primer gran espacio es la sabana africana, con cebras y jirafas compartiendo territorio, lo que ofrece una visión amplia y cercana a su hábitat natural. En un recinto próximo se encuentran los camellos bactrianos, con sus dos jorobas adaptadas a entornos extremos. El hipopótamo común aparece después, siempre semisumergido en el agua y mostrando solo parte de su cuerpo. El recorrido nos conduce al pabellón de los papiones, animales activos y sociales que siempre atraen miradas. Más adelante encontramos al rinoceronte blanco, uno de los animales más pesados y emblemáticos del continente. La ruta sigue hasta la zona de gorilas, donde es inevitable recordar la importancia de los programas de conservación para esta especie en peligro. En recintos cercanos vemos avestruces y gacelas dorcas, especies que conviven en espacios abiertos. La parte africana termina en la zona de Madagascar, donde los lémures saltan de un lado a otro mostrando su comportamiento ágil y curioso.







En este punto el recorrido enlaza con una zona singular en la que se encuentra un monumento dedicado a Félix Rodríguez de la Fuente, símbolo de la divulgación de la naturaleza en España, junto al recinto del elefante asiático. Este animal reaparece en nuestra ruta como un paso de transición entre continentes, y de nuevo resulta inevitable detenerse un rato a observarlo. Muy cerca está el monumento a Walt Disney, un guiño que conecta el mundo del ocio familiar con la naturaleza. Continuamos hacia los monos capuchinos, pequeños y activos, y luego llegamos al recinto de los pandas gigantes, uno de los lugares más visitados del zoo. Desde allí seguimos hasta el área de los gamos, que aportan un ambiente más relajado. Poco después nos encontramos con los chimpancés, que comparten con los visitantes gestos y actitudes que recuerdan la cercanía evolutiva con los humanos. La ruta nos lleva a la gacela dama, estilizada y ágil, antes de alcanzar el delfinario, que desde 2025 ya no alberga delfines y actualmente acoge una foca.







Pasamos por el delfinario, que desde hace unos meses ya no cuenta con sus habituales habitantes, los delfines, que han sido trasladados recientemente a un Zoo chino, siguiendo una recomendación del programa de conservación de delfines de la Asociación Europea de Zoos y Acuarios (EAZA), consensuada con el Zoo.



La siguiente parada es el aviario de especies exóticas, donde además se realizan espectáculos de vuelo de aves. El recorrido continúa hacia el acuario, cuya entrada ya muestra peces de litoral en acuarios más pequeños. Una vez dentro, se suceden los espacios dedicados a especies de océano, desde peces tropicales hasta invertebrados marinos. El recorrido culmina en el tanque grande, donde nadan tiburones y tortugas marinas, uno de los puntos más espectaculares de la visita.




Tras la salida del acuario, el itinerario se adentra en Oceanía. El koala, generalmente dormido, descansa en su recinto mientras los visitantes lo observan con paciencia. No muy lejos están los canguros, que se mueven por un área amplia, y los emúes, aves corredoras que comparten espacio con un binturong, un mamífero poco conocido pero llamativo por su aspecto. En la parte final del recorrido llegamos a Europa. Aquí se encuentran animales que forman parte del imaginario de la fauna ibérica y continental. El oso pardo ocupa un recinto amplio, el lobo gris aparece en grupo, y el lince ibérico se convierte en una de las estrellas de la zona, dada su importancia en los programas de conservación españoles. El bisonte europeo, de gran tamaño, también se deja ver, seguido de las cabras montesas, muy representativas de la península. Finalmente, llegamos al recinto de aves rapaces, donde conviven buitres leonados y águilas reales, especies emblemáticas de nuestras montañas.







La ruta concluye en la zona de la tienda y el restaurante, punto habitual de descanso y de cierre para muchos visitantes. Desde allí se regresa a la salida, completando así un recorrido circular que permite hacerse una idea bastante completa de la variedad de especies y ambientes representados en el Zoo Aquarium de Madrid.




Más allá de lo que supone la visita en sí, este paseo tiene también una lectura interesante como senda urbana integrada en la ciudad. Madrid cuenta con un zoológico de referencia internacional dentro de un gran espacio forestal como la Casa de Campo, lo que permite a los ciudadanos y visitantes acceder a una experiencia natural sin salir de la ciudad. La senda que trazamos, siguiendo el recorrido circular, no solo nos permitió conocer animales de distintos continentes, sino también reflexionar sobre la importancia de la conservación, la educación ambiental y el valor de disponer de espacios que conectan la vida urbana con la biodiversidad mundial. Dejo el mapa de la ruta.




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