Fecha: 28 de noviembre de 2025
1 persona a pie
Distancia: 5 km
Desnivel positivo: 240 m
Dificultad técnica: Moderado
Desnivel negativo: 240 m
Altitud máxima: 1.452 m
Altitud mínima: 1.205 m
Tipo de ruta: Circular
Tiempo en movimiento: una hora 12 minutos
Tiempo: una hora 23 minutos
El propósito de esta ruta es aprovechar una ventana corta de luz otoñal para ascender desde La Granja de San Ildefonso hasta la Cascada del Chorro Grande, disfrutando de un entorno variado que combina robledales, pino silvestre y el sonido constante de los arroyos que bajan del Nevero. El objetivo es alcanzar la parte baja y media de la cascada, observar su caída y regresar por un tramo circular que ofrece vistas amplias de La Granja y del valle.
Adjunto mapa y vínculo a Wikiloc:
La Cascada del Chorro Grande, situada en el término municipal de La Granja de San Ildefonso (Segovia), es uno de los saltos de agua más destacados de la vertiente norte de la Sierra de Guadarrama. Se forma en el curso alto del arroyo del Chorro, un afluente del río Cambrones, y nace en las laderas del Pico del Nevero, a más de 2.000 metros de altitud. La cascada principal alcanza entre 40 y 80 metros de caída, dependiendo de cómo se midan sus distintos resaltes, y su caudal varía notablemente según la época del año: en invierno y primavera, especialmente tras lluvias o deshielo, muestra su aspecto más espectacular. El entorno pertenece al Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama, por lo que está sujeto a normas de conservación. El recorrido habitual parte de la zona de La Granja o de la carretera del puerto de Navacerrada, siguiendo senderos señalizados que ascienden por un bosque de pino silvestre, robledales y zonas de matorral de alta montaña. El itinerario es exigente en su tramo final pero accesible para senderistas habituados.
Salí del aparcamiento del Camino del Chorro a primera hora de la tarde, con apenas un par de horas de luz disponibles. El comienzo es tranquilo y cómodo. Tras cruzar una portilla continúo por el camino del Chorro, una pista ancha que avanza sin complicaciones y que permite ir cogiendo ritmo antes de que el sendero se estreche. El ambiente otoñal domina: los tonos amarillos y marrones de los robledales a finales de noviembre se mezclan con el verde profundo del pino silvestre.
A medida que avanzo, entro en una zona de robledales. Aunque es una ruta relativamente corta, el entorno transmite la sensación de estar en un espacio recogido y apartado, casi como si quedara aislado del casco urbano de La Granja, que apenas está a unos minutos. La senda sigue un trazado claro y, al poco, aparece el arroyo de Peña Berrueco. Aunque la ruta no lo requiere, lo vadeo dos veces, en puntos amplios y sin dificultad para disfrutar del bosque en el otro lado del arroyo durante un tramo. Un poco más arriba llego al desvío donde se evita un árbol caído. Sigo por la derecha, siendo este el puntoque marca el inicio del tramo circular en la vuelta.
Al poco llego al primer vadeo del arroyo. El terreno no exige grandes equilibrios, y tras cruzarlo alcanzo una pequeña poza del arroyo del Chorro Grande. El agua baja con bastante fuerza, dejando chorreras y alguna pequeña cascada, una señal de que no tardaré en acercarme a la zona más interesante del día. El avance continúa hacia una segunda zona húmeda, donde se vadea el arroyo de la Fuente del Infante. Aquí el sendero se estrecha y el bosque se cierra un poco más, lo que da la impresión de estar entrando en un corredor natural que guía directamente hacia el corazón del valle.
Un acceso de madera anuncia que estoy entrando en el tramo final hacia la cascada. Poco después llego a un cruce donde conviene tomar la derecha, evitando cruzar el arroyo del Chorro Grande. Este desvío es la clave para llegar a la parte baja del Chorro Grande sin meterse en zonas más complicadas. En menos de un minuto aparece el salto, primero insinuado entre los árboles y después mostrándose por completo en su parte baja. No es la época de mayor caudal, pero conserva la presencia suficiente como para recordar que este valle recoge bien el agua del Nevero.
Continuando un poco más, alcanzó la zona conocida como la parte media del Chorro Grande. El terreno se vuelve algo más empinado y pedregoso, pero es un esfuerzo breve que permite observar mejor
el curso del agua y escuchar con claridad el sonido de la caída. En este punto es fácil comprender por qué esta cascada es una de las más visitadas de la vertiente norte de Guadarrama: no es solo su tamaño, sino el enclave en el que se encuentra, encajonada entre paredes de granito y rodeada de una vegetación que conserva una convivencia equilibrada entre pino y matorral de altura. La zona del Chorro Grande tiene un valor ecológico notable: alberga especies como el buitre negro, el águila real y mamíferos típicos del Guadarrama. Además, históricamente fue un área utilizada para abastecer de agua a los montes y cotos reales ligados al Palacio de La Granja.
Tras pasar unos minutos observando la caída, doy media vuelta y regreso por el mismo tramo hasta la poza del arroyo del Chorro Grande, que encuentro de nuevo en el kilómetro 3,1 de la ruta. Desde allí enlazo de nuevo con el Camino del Chorro, una pista mucho más cómoda después de la subida. La sensación al pisar terreno más ancho es de transición hacia la parte final de la excursión. Poco después aparece una pequeña cabaña de palos, sencilla y discreta, que marca la zona donde la ruta empieza a abrirse hacia un terreno más despejado.
En este punto tomo un desvío a la derecha que conduce hacia un pequeño mirador. Desde el mirador se disfrutan unas vistas amplias de La Granja de San Ildefonso y de la propia chorrera, que desde aquí se percibe como una línea blanca incrustada en la ladera. Es un buen lugar para detenerse unos minutos antes de continuar.
Desde el mirador continúo unos metros hasta reencontrarme con el trazado principal. Giro a la derecha para cerrar el tramo circular y comienzo el descenso suave hacia el Camino del Chorro. La luz ya empieza a bajar, pero el retorno es sencillo y lo recorro con tranquilidad. El bosque recupera ese tono dorado del inicio de la tarde y, aunque la ruta es corta, ofrece una buena muestra del otoño en esta parte de Segovia. Llego al aparcamiento con la sensación de haber aprovechado bien la ventana de luz disponible.