Ruta 254 - Cascada y ciudad en la roca de Cívica desde Villaviciosa de Tajuña por campos de lavanda, y regreso por el río Tajuña

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Fecha: 14 de diciembre de 2025

2 personas a pie

Distancia: 19,53 km

Desnivel positivo: 318 m

Dificultad técnica: Moderado

Desnivel negativo: 318 m

Altitud máxima: 1.052 m

Altitud mínima: 841 m

Tipo de ruta: Circular

Tiempo en movimiento: 6 horas un minuto

Tiempo: 7 horas 5 minutos


El propósito de la ruta es caminar por la Alcarria siguiendo caminos tradicionales para enlazar Villaviciosa de Tajuña con Cívica, conocer su aldea excavada en la roca, la cascada y la Fuente de los Siete Caños, y regresar por la ribera del río Tajuña. Una circular sencilla que combina paisaje agrícola, monte y patrimonio histórico, entendiendo el territorio a través de sus senderos y usos tradicionales.



Adjunto mapa y vínculo de Wikiloc:


https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/cascada-y-ciudad-en-la-roca-de-civica-desde-villaviciosa-de-tajuna-por-campos-de-lavanda-y-regreso-243789217




Nos encontramos en el pequeño pueblo de Villaviciosa de Tajuña en la Comarca de la Alcarria. Salimos a las 8:30 de la mañana, todavía con el frío de diciembre marcando el inicio de la jornada. El termómetro rondaba los cero grados, el suelo estaba parcialmente congelado y las primeras luces del día apenas rompían la oscuridad en las zonas de umbría. Comenzamos junto a la iglesia de la Santa Cruz, y nos dirigimos hacia el norte, donde una Picota y un panel informativo de rutas del centro de Guadalajara nos presentaba bien el carácter caminero de esta zona de la Alcarria. La idea era acercarnos caminando hasta Cívica, visitar la aldea excavada en la roca y la cascada, y regresar siguiendo el curso del río Tajuña, completando una circular.





Salimos del núcleo urbano por pistas de tierra, para seguir por caminos cómodos en la zona de El Majamal. A ambos lados aparecen los campos de lavanda, que en diciembre muestran un aspecto sobrio y desnudo, con las cepas alineadas esperando la primavera. No es la estampa que ofrece este paisaje en julio, cuando el color y el olor lo dominan todo, pero tiene un encanto distinto, más austero y silencioso. Pasamos cerca del Cerro Don Ángel y continuamos por las pistas fáciles de seguir, avanzando en ligero descenso.





En un punto buscamos un sendero a la izquierda que se interna en el bosque, en el que predominan los Quejigos. Al principio no está muy marcado, pero enseguida se define mejor. El bosque contrasta con la apertura de los campos de lavanda, y desde el interior obtenemos una vista distinta del paisaje agrícola que acabamos de dejar atrás. Volvemos a girar a la derecha para tomar otra pista y, en un claro, observamos varios gamos en la zona conocida como la Tasuguera, que se alejan al notar nuestra presencia.





El recorrido continúa por una senda bajo un robledal que resulta especialmente atractiva a finales de otoño, con el suelo cubierto de hojas y una luz suave filtrándose entre las ramas. Giramos a la izquierda para seguir por el robledal y alcanzamos las Casas del Peujar, un conjunto que transmite sensación de abandono y de uso pasado. Dejamos la pista por un sendero a la derecha, enlazamos con otra pista y giramos a la izquierda bordeando el Cerro del Moro. Poco después tomamos a la derecha hacia la zona de la Fuente del Fresno y vadeamos el Arroyo del Pozón sin dificultad. En este tramo aparecen vestigios de antiguas carboneras, testigos de los aprovechamientos tradicionales del monte.




A medida que avanzamos, entramos en una zona más habitada, ya próxima a Cívica. Un punto de información anuncia el conjunto excavado en la roca, la cascada y la Fuente de los Siete Caños. Aquí el entorno cambia de forma notable: la vegetación se vuelve más frondosa, el valle del Tajuña se encajona y el sonido del agua empieza a acompañar el camino. Cívica es una pequeña pedanía rodeada de vegetación a orillas del río Tajuña y pertenece al municipio de Brihuega, en la provincia de Guadalajara. Su origen está ligado a la existencia de un abundante manantial y se remonta, probablemente, a época romana, aunque las primeras referencias escritas aparecen en la Edad Media. En el siglo XV fue vendida a los monjes de San Blas de Villaviciosa, que levantaron una fábrica de papel de escaso recorrido. Del convento y de la fábrica apenas quedan restos. Uno de los edificios del antiguo caserío fue la ermita de Santa Catalina, hoy muy deteriorada, y en el exterior destaca una caudalosa fuente de siete caños fechada en 1797.




La Fuente de los Siete Caños se encuentra en la parte alta de la pedanía. El agua brota clara y abundante, y la vegetación que la rodea refuerza la sensación de frescor incluso en invierno. Desde aquí bajamos hacia la fachada esculpida en la roca de Cívica. Al intentar acceder, unas personas que se presentan como propietarios nos informan de que se trata de una propiedad privada. Por dos euros por persona ofrecen una visita guiada, que aceptamos. Durante aproximadamente media hora recorremos varias estancias, algunas cuevas y pasadizos, mientras nos explican la historia del lugar y los proyectos que tienen en mente para el futuro. El edificio tobáceo, de aspecto ruinoso desde el exterior, muestra una compleja red de galerías excavadas aprovechando la naturaleza porosa de la roca. Esta obra fue impulsada por Don Aurelio, cura de Valderrebollo, entre las décadas de 1950 y 1970, y recuerda inevitablemente a otros conjuntos rupestres como los de Capadocia, aunque no haya constancia de que el sacerdote conociera aquel lugar. La visita permite entender mejor la magnitud del trabajo realizado y el carácter singular del enclave.




Ya de nuevo en el exterior, visitamos la cascada de Cívica, que en esta época del año baja con bastante agua y vierte directamente al Tajuña. El conjunto se completa con la cueva asociada a la cascada y el entorno inmediato, muy húmedo y sombreado.




En el exterior existe un bar-terraza, hoy abierto. Tras este largo alto en el camino, retomamos la ruta pensando ya en el regreso. Para volver por la otra orilla del Tajuña es necesario buscar un punto de cruce. Caminamos un breve tramo por el arcén de la CM-2011, con poco tráfico pero sin resultar especialmente agradable. Intentamos vadear el río en una zona concreta para enlazar directamente con la senda de la otra orilla, pero no es posible debido al caudal, así que continuamos un poco más por el arcén hasta cruzar un puente sobre el Tajuña. Tras cruzarlo, giramos a la derecha y por fin tomamos una pista de tierra que nos acompañará durante buena parte del regreso.




Desde esta orilla se obtiene una panorámica interesante de Cívica, con la fachada excavada visible desde la zona de El Tejar. Pasamos junto a colmenas de abejas en la zona de las Peñalejas y, en un punto, dejamos el camino para avanzar campo a través, paralelos al río. Llegamos a una explanada sin vegetación desde la que se distingue claramente la continuación del itinerario. Volvemos a una pista de tierra paralela al Tajuña. Cruzamos otro puente sobre el río y alcanzamos Palazuelos del Agua, donde giramos a la izquierda para seguir un segundo tramo por el arcén de la CM-2011.




Poco después tomamos a la derecha una pista de tierra que asciende de manera progresiva hacia Villaviciosa de Tajuña. Esta subida final concentra la mayor parte del desnivel positivo de la jornada y se deja notar al final del recorrido. En un punto el sendero ha sido literalmente borrado por el arado, pero se distingue la continuación unos metros más adelante y retomamos sin problemas. El último tramo nos devuelve al casco urbano, cerrando la circular en la plaza de la iglesia, donde damos por finalizada la ruta.




Esta ruta pone en valor una de las zonas más singulares de la Alcarria, combinando paisaje agrícola, monte mediterráneo, bosque de ribera y un patrimonio histórico y etnográfico poco conocido. Caminos tradicionales, pistas rurales y sendas junto al río Tajuña permiten entender cómo estos territorios han sido habitados, trabajados y transformados a lo largo de los siglos. Itinerarios como este ayudan a reforzar la conexión entre pequeños núcleos, a dar sentido a enclaves como Cívica y a mostrar la importancia de conservar estos caminos en Guadalajara y en Castilla-La Mancha como parte de un paisaje cultural vivo, accesible y todavía poco masificado.

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