Adjunto mapa de la ruta y vínculo con Wikiloc
Collado Mediano es un municipio de la Sierra de Guadarrama, en la Comunidad de Madrid, situado a unos 1.030 metros de altitud. Cuenta con una población aproximada de 7.000 habitantes. Su desarrollo histórico estuvo ligado a la ganadería, la agricultura de secano y, desde finales del siglo XIX, al ferrocarril, que impulsó su crecimiento como lugar de veraneo. En la actualidad combina un marcado carácter residencial con servicios locales, pequeño comercio y hostelería. Su entorno natural, cercano a la sierra y bien comunicado por tren y carreteras.
Por lo que en este caso utilicé el tren para llegar hasta Collado Mediano. Estamos en diciembre, día corto, con nubes bajas y una ligera lluvia intermitente que acompañó buena parte del recorrido. La nubosidad también limitó las vistas desde varios miradores. Nada más salir de la estación, crucé las vías por el paso inferior que da acceso al Paseo de los Rosales. Desde ahí comencé a caminar en sentido este, siguiendo este paseo hasta llegar a la Calle de los Pensamientos, en la que giré y por a que continué hasta acceder al Parque de La Dehesilla. Sigo recto, dejando a la derecha el desvío que llevaría a los yacimientos romanos "Miaccum", que hoy no forman parte del itinerario. El parque, a apenas un kilómetro del inicio, marca un primer cambio de ambiente. El pavimento termina al alcanzar la Calle de los Madroños, y continúo recto por un sendero que enlaza con la Vereda Entretérminos. Esta vereda cruza el Arroyo de los Linos del Soto, que en esta época del año baja con algo de agua, y obliga a prestar atención al terreno, algo húmedo por las lluvias recientes.
Tras cruzar el arroyo giro a la derecha y me incorporo a una pista de tierra que bordea la Casa del Soto. La pista es cómoda y permite avanzar sin dificultad hasta pasar junto a la propia Casa del Soto. Poco después se alcanza un puente sobre las vías del tren. Desde este punto, a pesar de la nubosidad, se disfruta de vistas hacia Collado Mediano, la sierra oeste y el Cerro del Castillo, aunque las nubes bajas desdibujan el perfil del relieve serrano.
El camino se interna por la zona de El Chaparral y enlaza con la Vereda de las Cercas del Rehoyo. El camino discurre entre antiguas canteras abandonadas, hoy colonizadas parcialmente por vegetación espontánea. Giro a la izquierda y avanzo por un paso estrecho entre un muro y las rocas. Desde aquí hay vistas hacia Collado Mediano y el Cerro del Castillo, aunque nuevamente las nubes juegan a ocultar y mostrar el paisaje a ratos. En una de las antiguas canteras aparecen pequeñas lagunillas ocasionales, formadas por la acumulación de agua de lluvia.
El sendero continúa hasta alcanzar una torre de comunicaciones, punto reconocible y referencia clara en el trazado. Desde ahí me incorporo durante unos metros a la avenida de Buenos Aires, caminando con precaución por el arcén. Tras unos 300 metros por el lado izquierdo de la carretera, cruzo la M-601 y enlazo con el Camino del Rehoyo. Aparece un cartel de bienvenida a Collado Mediano y un cruce con la carretera de Collado Villalba a Navacerrada. Me incorporo a una pista de tierra y, tras girar a la derecha, el camino me conduce bordeando la Ladera del Cañal de Arriba.
Este tramo es más abierto y permite caminar con ritmo constante. Paso junto a una fuente pilón orientada al ganado. Un poco más adelante se alcanza un mirador natural, desde el que, en días despejados, se obtienen vistas claras de Alpedrete y La Chopera. Hoy la visibilidad es limitada.
Cruzo una portilla y entro en el término municipal de Moralzarzal. El ascenso continúa hasta alcanzar el Mirador del Cerro Telégrafo, también conocido como Cabeza Mediana. Este cerro alcanza, según datos del IGN, una altitud de 1.331 metros, y es uno de los puntos más reconocibles de esta zona de la sierra. Situada entre los términos municipales de Moralzarzal y Collado Mediano, en su cima se conservan los restos de una antigua torre de telégrafo óptico del siglo XIX, integrada en la red de comunicaciones que conectaba Madrid con otros puntos estratégicos. Es un enclave de referencia comarcal, utilizado como mirador natural y como punto de paso habitual en rutas senderistas.
Al llegar a la cima, bordeo la torre del antiguo telégrafo para verla de cerca. Continúo unos metros más hasta el lugar donde se encontraba el vértice geodésico, que hoy aparece tumbado a poca distancia de la peana original. El Cerro del Telégrafo, alcanzado en torno al kilómetro 7, marca el punto más alto de la ruta. Las vistas, que en otras ocasiones permiten una panorámica amplia, hoy quedan condicionadas por la nubosidad.
Reanudo la marcha pasando al otro lado de la valla y giro hacia el sur para iniciar el descenso. El camino se adentra entre pinos y desciende por las zonas de Peña Albú, El Romeral, la Fuente del Cornocal y El Valle. El terreno es cómodo, aunque húmedo en algunos tramos. Giro a la izquierda por sendero y atravieso un pinar que aporta continuidad forestal al descenso. Aparece un mirador natural con vistas hacia Moralzarzal. Poco después alcanzo la Fuente de Peñalbu, situada aproximadamente en el kilómetro 8,1. Continúo girando a la izquierda y sigo una senda descendente por la zona del Cornocal, hasta llegar a la Fuente del Cornocal, en el kilómetro 9.
Desde este punto se obtiene una panorámica de Moralzarzal y el valle. El sendero desciende hasta incorporarse a una pista de grava, por la que sigo un tramo largo, hasta que la dejo en una curva por otro sendero, que me llevará hasta el Camino de Alpedrete, ya dentro del término municipal de Villalba. Vadeo un arroyo y continúo por el Camino de Alpedrete, siguiendo su trazado principal. En un cruce sigo recto, y poco después alcanzo el Arroyo del Cañal. Aquí giro a la izquierda, dejo el Camino de Alpedrete y continúo por un corredor verde que discurre junto al arroyo, bordeando el Hospital de Villalba.
Paso bajo un puente de la carretera de Collado Villalba a Alpedrete y vadeo el Arroyo de la Poveda, entrando ya en la zona de la Dehesa Boyal. Este tramo es, sin duda, uno de los más agradables del recorrido. La dehesa se presenta abierta, verde, con grandes encinas bien espaciadas y ganado pastando tranquilamente. El contraste con los tramos anteriores es notable. Aquí el sendero invita a caminar sin prisa, observando el paisaje y la gestión tradicional del territorio. Cruzo un puente sobre el Arroyo de la Poveda, rodeado de encinares característicos de la Dehesa Boyal. La cercanía de Villalba hace que este muy frecuentada a estas horas. Paso junto a varios puntos de información dedicados a los bueyes y carretas, a la vegetación y al arbolado, que ayudan a interpretar el valor natural y cultural de este espacio.
Sigo recto y abandono la Dehesa Boyal por una pista que, poco a poco, da paso a un sendero y finalmente a una zona urbanizada. A partir de aquí toca atravesar Collado Villalba por el centro urbano hasta la estación de cercanías. Cruzo un puente sobre la antigua Carretera de la Coruña, la N-VI, y después otro puente sobre el Río Guadarrama. Finalmente alcanzo la estación de tren de Villalba de Guadarrama, punto final de esta travesía lineal.
Esta senda, que enlaza Collado Mediano con Villalba pasando por el Cerro del Telégrafo y la Dehesa Boyal, es un buen ejemplo de cómo la Sierra de Guadarrama y su entorno inmediato funcionan como un espacio de transición entre lo natural y lo urbano. No es una ruta de alta montaña ni un recorrido aislado, pero sí una travesía coherente que permite entender la relación entre pueblos, caminos históricos, infraestructuras modernas y espacios naturales protegidos. Para Madrid y su sierra, itinerarios como este son fundamentales: conectan municipios, fomentan una movilidad más sostenible y permiten al caminante recorrer el territorio con una mirada continua, sin fragmentos artificiales. Es una forma de conocer el paisaje real, el que se pisa a diario y el que sostiene la vida cotidiana de la región.
