Fecha: 13 de diciembre de 2025
1 persona en bicicleta
Distancia: 38,39 km
Desnivel positivo: 320 m
Dificultad técnica: Fácil
Desnivel negativo: 439 m
Altitud máxima: 845 m
Altitud mínima: 588 m
Tipo de ruta: Solo ida
Tiempo en movimiento: 4 horas un minuto
Tiempo: 5 horas 14 minutos
Se trata de una ruta en bicicleta realizada por la Senda Real GR-124, desde Colmenar Viejo hasta su inicio en el ramal de la Dehesa de la Villa, pasando por el mirador de Valpalomero. El recorrido enlaza por primera vez en bici tramos conocidos, formando un itinerario continuo, cómodo y muy ciclable, en la que predomina el descenso frente a las subidas.. En su primera mitad coincide con el Camino de Santiago Madrileño y el trazado del Arco Verde; en la parte final discurre por la Senda de Valpalomero, dentro del monte de El Pardo, y por la Senda Fluvial del Manzanares. Ruta ideal para rodar sin prisas en una jornada invernal soleada y templada.
Adjunto mapa y vínculo a Wikiloc;
Salgo desde la estación de cercanías de Colmenar Viejo cuando todavía es de noche. El andén está en silencio y el aire frío de diciembre acompaña los primeros metros, con esa sensación tan reconocible de inicio temprano que permite recorrer muchos kilómetros antes de que el día se llene de gente. Enfilo sin rodeos hacia la ermita de Santa Ana, donde me incorporo al Camino de Santiago Madrileño y al GR-124, aunque lo hago en sentido contrario al habitual, que será el que mantenga durante toda la ruta. El terreno aún es urbano y tranquilo, y las primeras luces artificiales conviven con un cielo que empieza a aclarar muy despacio.
La Senda Real o GR-124 es un sendero de gran recorrido que conecta Manzanares el Real con Madrid capital, siguiendo antiguos caminos históricos utilizados para comunicar la sierra con la ciudad. Gran parte de su trazado coincide con el Camino de Santiago Madrileño y con corredores tradicionales ligados a la trashumancia, el transporte de mercancías y el abastecimiento de la corte. Recorre espacios naturales de alto valor como la cuenca del Manzanares, el monte de El Pardo, la Dehesa de la Villa y áreas del Arco Verde. Está señalizado con marcas blancas y rojas y es apto para senderismo y bicicleta en su totalidad (aunque en su parte final entre Colmenar Viejo y Manzanares hay tramos más técnicos en lo relativo a la bicicleta).
En lo relativo al senderismo, hice la senda completa por etapas, y se detalla en la siguiente entrada:
https://amsenderismo.blogspot.com/2025/02/ruta-98-gr124-por-etapas.html
Paso junto al cementerio de Santa Ana cuando comienzan a abrirse las primeras luces del amanecer. El pavimento termina poco después y da paso a una pista de tierra cómoda, ancha y perfectamente ciclable (y que está abierta en este tramo inicial a vehículos de motor de los ganaderos de la zona). Campos abiertos, ganado disperso y una sensación de espacio amplio que acompaña el pedaleo sin esfuerzo en ligero descenso. Me aproximo al Arroyo de Tejada, considerando que vamos por el Camino de la Tejada, una de las partes más agradables de esta primera mitad de la ruta. El amanecer ya es evidente y la luz horizontal define bien los perfiles suaves del terreno.
Sigo la Senda del Arroyo de Tejada, que me conduce de forma natural hacia el área recreativa de Valdeloshielos. Aparecen los puntos de información del Arco Verde, donde coinciden el GR-124 y el Camino de Santiago, señalizando claramente la importancia de este corredor. La senda discurre paralela al arroyo, siendo tramos cómodos y sencillos para la bicicleta de montaña. Paso junto a la fuente del Camino de Santiago.
Llego al primer vadeo del Arroyo de Tejada. El agua no tiene mucha profundidad, pero aquí corre algo más que en los siguientes pasos, así que prefiero cruzar por las pisaderas con la bici al hombro. A partir de este punto, los siguientes vadeos (siete contabilicé) resultan más sencillos, y los cruzo directamente sobre la bicicleta, ya que el fondo es firme y el caudal escaso.
Aparece de nuevo otro punto de información del Arco Verde, siempre con el GR-124 y el Camino de Santiago avanzando paralelos al Arroyo de Tejada. Cruzo el sexto vadeo sin dificultad y poco después llego a una bifurcación en la que giro a la derecha siguiendo el Arco Verde hacia el área recreativa de Valdeloshielos, mientras que a la izquierda continúa el Camino de Santiago por otra senda más directa y dura (es otra buena opción). Cruzo el séptimo vadeo del arroyo y entro ya en el entorno del área recreativa, donde aparecen mesas y zonas de descanso.
Giro a la izquierda siguiendo el Árco Verde y dejo atrás el área recreativa de Valdeloshielos y llego al parking, junto a Tres Cantos. En este punto enlazo de nuevo con el Camino de Santiago, pero de aquí en adelante, la sensación de soledad desaparece casi por completo, tanto porque avanza la mañana, como por la cercanía a los núcleos urbanos. Hay muchísima gente, tanto ciclistas como senderistas, aprovechando el buen día de diciembre. Continúo por el carril bici a la derecha, paralelo a la carretera de Colmenar en dirección a Madrid. Al otro lado de la pasarela se encuentra la estación de cercanías de Tres Cantos, otro punto posible de acceso a esta ruta.
Giro a la izquierda y sigo por una senda que discurre junto a las casetas del Canal de Isabel II, paralela a la vía del tren y más adelante al muro que delimita El Pardo. El trazado es cómodo, muy conocido y sin dificultad técnica. Paso junto a la estación de tren de El Goloso, otro acceso evidente para quien quiera incorporarse aquí. Continúo por la senda paralela a la vía y al muro, cruzando bajo un túnel con grafitis por el que pasan las vías del tren. Poco después aparece otro puente con grafitis que no cruzo, manteniendo siempre el rumbo claro del GR-124.
Llego al antiguo apeadero de Valdelatas y giro a la derecha hacia el muro de El Pardo. Aquí dejo definitivamente el Camino de Santiago, que se dirige hacia Montecarmelo, y sigo ya únicamente por el GR-124. Ruedo por el Camino del Canal, pasando junto a numerosas casetas, con el muro de El Pardo siempre a la derecha como referencia constante. El entorno se vuelve más abierto, con Madrid en el horizone a mi izquierda, aunque el camino sigue siendo ancho y muy ciclable.
Alcanzo el aparcamiento de la Portillera del Tambor, donde entro oficialmente en la zona de El Pardo. Aquí tengo un contratiempo: un pinchazo que me obliga a parar durante un rato para solucionarlo. Es un buen punto para descansar y aprovisionarme. Una vez solventado el problema, retomo la marcha sin mayor complicación.
Ya bajo encinares, paso junto al Palacio de la Quinta, cuya puerta permanece cerrada, y continúo por la Senda de Valpalomero. El terreno se mantiene amable y el desnivel negativo empieza a hacerse notar, facilitando el avance. Llego al área recreativa de Valpalomero, desde donde se abren vistas claras de Madrid. El skyline de la zona norte aparece bien definido, con las Cinco Torres y las Torres Kio destacando en el horizonte urbano.
Me topo con la Fuente de Valpalomero y continúo hacia el primer mirador. Desde aquí, la vista se abre hacia el noroeste, con el cordal de Abantos, el Alto de los Leones, La Peñota y Navacerrada claramente visibles en días despejados como este. El segundo mirador de Valpalomero ofrece una perspectiva distinta, orientada al norte, donde se reconocen la Cuerda Larga, La Pedriza y el Cerro de San Pedro. Son puntos que invitan a detenerse unos minutos y entender la posición estratégica de esta senda.
En la glorieta de los Pinos sigo a la derecha por el GR-124. Desciendo del monte por una pista de tierra, hasta cruzarme con la carretera que va de Somontes al Palacio de la Quinta, giro a la izquierda y la sigo en paralelo. Poco después, giro a la izquierda para bordear la zona de tiro de Somontes. En este tramo se oyen claramente los disparos de los tiradores. Llego al aparcamiento de Somontes, donde dejo atrás El Pardo y me incorporo a la Senda Fluvial del Manzanares.
La Senda Fluvial del Manzanares resulta especialmente atractiva, incluso en diciembre. Las vistas otoñales todavía se mantienen, con colores apagados pero muy agradables. Paso junto al punto de información de la Playa de Madrid y continúo por la senda, atravesando la zona de Puerta de Hierro, con el campo de golf a un lado. Cruzo el Puente de San Fernando y, poco después, tomo el desvío del GR-124 hacia la derecha, dejando a la izquierda el Anillo Verde Ciclista.
En la bifurcación del GR-124 sigo a la izquierda hacia la Dehesa de la Villa, mientras que a la derecha quedaría la opción de Príncipe Pío. Accedo a la Dehesa de la Villa y la cruzo de norte a sur siguiendo el trazado del GR-124. El entorno cambia de nuevo, con un parque forestal muy integrado en la ciudad pero que mantiene un carácter natural claro. Paso por el cruce con el Paseo del Canalillo (o comunmente conocida por los vecinos como pista de running) y junto a la Fuente de la Tomasa.
Finalmente alcanzo el inicio, o final, de la senda del GR-124 en el ramal de la Dehesa de la Villa. Desde aquí solo queda rodar unos metros más hasta el punto de cierre de la ruta, dando por concluido el recorrido.
Esta ruta permite entender la importancia de la Senda Real GR-124 como eje vertebrador del territorio entre la Sierra Oeste y Madrid. Su trazado conecta espacios naturales, zonas agrícolas, montes protegidos y parques urbanos, integrando además otros itinerarios clave como el Camino de Santiago Madrileño, el Arco Verde, la Senda de Valpalomero y la Senda Fluvial del Manzanares. Recorrerla en bicicleta pone de manifiesto su carácter accesible y continuo, así como su valor como corredor ambiental y recreativo que facilita una movilidad no motorizada entre municipios y espacios naturales muy diversos.
Paso junto al cementerio de Santa Ana cuando comienzan a abrirse las primeras luces del amanecer. El pavimento termina poco después y da paso a una pista de tierra cómoda, ancha y perfectamente ciclable (y que está abierta en este tramo inicial a vehículos de motor de los ganaderos de la zona). Campos abiertos, ganado disperso y una sensación de espacio amplio que acompaña el pedaleo sin esfuerzo en ligero descenso. Me aproximo al Arroyo de Tejada, considerando que vamos por el Camino de la Tejada, una de las partes más agradables de esta primera mitad de la ruta. El amanecer ya es evidente y la luz horizontal define bien los perfiles suaves del terreno.
Sigo la Senda del Arroyo de Tejada, que me conduce de forma natural hacia el área recreativa de Valdeloshielos. Aparecen los puntos de información del Arco Verde, donde coinciden el GR-124 y el Camino de Santiago, señalizando claramente la importancia de este corredor. La senda discurre paralela al arroyo, siendo tramos cómodos y sencillos para la bicicleta de montaña. Paso junto a la fuente del Camino de Santiago.
Llego al primer vadeo del Arroyo de Tejada. El agua no tiene mucha profundidad, pero aquí corre algo más que en los siguientes pasos, así que prefiero cruzar por las pisaderas con la bici al hombro. A partir de este punto, los siguientes vadeos (siete contabilicé) resultan más sencillos, y los cruzo directamente sobre la bicicleta, ya que el fondo es firme y el caudal escaso.
Aparece de nuevo otro punto de información del Arco Verde, siempre con el GR-124 y el Camino de Santiago avanzando paralelos al Arroyo de Tejada. Cruzo el sexto vadeo sin dificultad y poco después llego a una bifurcación en la que giro a la derecha siguiendo el Arco Verde hacia el área recreativa de Valdeloshielos, mientras que a la izquierda continúa el Camino de Santiago por otra senda más directa y dura (es otra buena opción). Cruzo el séptimo vadeo del arroyo y entro ya en el entorno del área recreativa, donde aparecen mesas y zonas de descanso.
Giro a la izquierda siguiendo el Árco Verde y dejo atrás el área recreativa de Valdeloshielos y llego al parking, junto a Tres Cantos. En este punto enlazo de nuevo con el Camino de Santiago, pero de aquí en adelante, la sensación de soledad desaparece casi por completo, tanto porque avanza la mañana, como por la cercanía a los núcleos urbanos. Hay muchísima gente, tanto ciclistas como senderistas, aprovechando el buen día de diciembre. Continúo por el carril bici a la derecha, paralelo a la carretera de Colmenar en dirección a Madrid. Al otro lado de la pasarela se encuentra la estación de cercanías de Tres Cantos, otro punto posible de acceso a esta ruta.
Giro a la izquierda y sigo por una senda que discurre junto a las casetas del Canal de Isabel II, paralela a la vía del tren y más adelante al muro que delimita El Pardo. El trazado es cómodo, muy conocido y sin dificultad técnica. Paso junto a la estación de tren de El Goloso, otro acceso evidente para quien quiera incorporarse aquí. Continúo por la senda paralela a la vía y al muro, cruzando bajo un túnel con grafitis por el que pasan las vías del tren. Poco después aparece otro puente con grafitis que no cruzo, manteniendo siempre el rumbo claro del GR-124.
Llego al antiguo apeadero de Valdelatas y giro a la derecha hacia el muro de El Pardo. Aquí dejo definitivamente el Camino de Santiago, que se dirige hacia Montecarmelo, y sigo ya únicamente por el GR-124. Ruedo por el Camino del Canal, pasando junto a numerosas casetas, con el muro de El Pardo siempre a la derecha como referencia constante. El entorno se vuelve más abierto, con Madrid en el horizone a mi izquierda, aunque el camino sigue siendo ancho y muy ciclable.
Alcanzo el aparcamiento de la Portillera del Tambor, donde entro oficialmente en la zona de El Pardo. Aquí tengo un contratiempo: un pinchazo que me obliga a parar durante un rato para solucionarlo. Es un buen punto para descansar y aprovisionarme. Una vez solventado el problema, retomo la marcha sin mayor complicación.
Ya bajo encinares, paso junto al Palacio de la Quinta, cuya puerta permanece cerrada, y continúo por la Senda de Valpalomero. El terreno se mantiene amable y el desnivel negativo empieza a hacerse notar, facilitando el avance. Llego al área recreativa de Valpalomero, desde donde se abren vistas claras de Madrid. El skyline de la zona norte aparece bien definido, con las Cinco Torres y las Torres Kio destacando en el horizonte urbano.
Me topo con la Fuente de Valpalomero y continúo hacia el primer mirador. Desde aquí, la vista se abre hacia el noroeste, con el cordal de Abantos, el Alto de los Leones, La Peñota y Navacerrada claramente visibles en días despejados como este. El segundo mirador de Valpalomero ofrece una perspectiva distinta, orientada al norte, donde se reconocen la Cuerda Larga, La Pedriza y el Cerro de San Pedro. Son puntos que invitan a detenerse unos minutos y entender la posición estratégica de esta senda.
En la glorieta de los Pinos sigo a la derecha por el GR-124. Desciendo del monte por una pista de tierra, hasta cruzarme con la carretera que va de Somontes al Palacio de la Quinta, giro a la izquierda y la sigo en paralelo. Poco después, giro a la izquierda para bordear la zona de tiro de Somontes. En este tramo se oyen claramente los disparos de los tiradores. Llego al aparcamiento de Somontes, donde dejo atrás El Pardo y me incorporo a la Senda Fluvial del Manzanares.
La Senda Fluvial del Manzanares resulta especialmente atractiva, incluso en diciembre. Las vistas otoñales todavía se mantienen, con colores apagados pero muy agradables. Paso junto al punto de información de la Playa de Madrid y continúo por la senda, atravesando la zona de Puerta de Hierro, con el campo de golf a un lado. Cruzo el Puente de San Fernando y, poco después, tomo el desvío del GR-124 hacia la derecha, dejando a la izquierda el Anillo Verde Ciclista.
En la bifurcación del GR-124 sigo a la izquierda hacia la Dehesa de la Villa, mientras que a la derecha quedaría la opción de Príncipe Pío. Accedo a la Dehesa de la Villa y la cruzo de norte a sur siguiendo el trazado del GR-124. El entorno cambia de nuevo, con un parque forestal muy integrado en la ciudad pero que mantiene un carácter natural claro. Paso por el cruce con el Paseo del Canalillo (o comunmente conocida por los vecinos como pista de running) y junto a la Fuente de la Tomasa.
Finalmente alcanzo el inicio, o final, de la senda del GR-124 en el ramal de la Dehesa de la Villa. Desde aquí solo queda rodar unos metros más hasta el punto de cierre de la ruta, dando por concluido el recorrido.
Esta ruta permite entender la importancia de la Senda Real GR-124 como eje vertebrador del territorio entre la Sierra Oeste y Madrid. Su trazado conecta espacios naturales, zonas agrícolas, montes protegidos y parques urbanos, integrando además otros itinerarios clave como el Camino de Santiago Madrileño, el Arco Verde, la Senda de Valpalomero y la Senda Fluvial del Manzanares. Recorrerla en bicicleta pone de manifiesto su carácter accesible y continuo, así como su valor como corredor ambiental y recreativo que facilita una movilidad no motorizada entre municipios y espacios naturales muy diversos.
